Todos los grupos critican los cambios de tráfico que Goia cree que «no hemos sabido explicar»

El debate anual de política general se produjo justo después de que los cinco partidos con representación en el Pleno del Ayuntamiento hayan confirmado sus cabezas de lista para las elecciones del próximo 28 de mayo. El clima pre-electoral fue ayer palpable en el Salón de Plenos y el debate sobre política general no se sustrajo a este contexto.

Los atascos continuos del pasado verano estuvieron en el centro del debate. Goia asumió que «el verano ha sido duro. Lo he visto, lo he vivido y lo he escuchado. Soy consciente de que algunos de los cambios que se han hecho no los hemos sabido explicar». Afirmó que en los próximos meses harán un esfuerzo «por explicarnos y por escuchar» para «recoger aportaciones» en el nuevo modelo de movilidad que llega a las ciudades europeas.

El alcalde argumentó que ninguno de los cambios que han ido realizando a lo largo del tiempo en la movilidad urbana «han sido sencillos» y citó las peatonalizaciones de la Parte Vieja, de las calles Getaria y Loiola, la implantación de la OTA o la construcción del bidegorri de La Concha. «¿Alguien querría volver atrás?», se preguntó. Ahora también hay que asumir que «las cosas han de cambiar» si queremos «una plaza del Buen Pastor totalmente peatonalizada, un paseo de La Concha con una acera más amplia y un bidegorri más seguro, una travesía de Loiola recuperada para la ciudadanía o un avance de la peatonalización de la plaza de Gipuzkoa». El alcalde dio a entender que conseguir esos objetivos «cuesta» y por eso en los próximos meses «haremos un especial esfuerzo por explicar, por escuchar y hacer partícipes de ese cambio a todos los ciudadanos y agentes, recogiendo las aportaciones que quieran hacer».

La portavoz del PSE y socia en el gobierno, Marisol Garmendia, fue de las más críticas con la política de movilidad por la «incomprensión» ciudadana ante los cambios. Pidió «escuchar a la ciudadanía» y «saber rectificar». Solicitó alternativas al giro de Urbieta a San Martín, un cambio en la frecuencia del semáforo de Fuenterrabía con San Martín, abogó por que «las motos vuelvan a poder aparcar junto al estadio de Anoeta -estos tres temas incluidos en la propuesta de resolución del PSE se aprobaron por todos los grupos salvo EH Bildu que se abstuvo-, reclamó que «Illunbe se transforme en un aparcamiento disuasorio todo el año y que se aumenten las licencias de taxis».

El portavoz del PP, Borja Corominas, se preguntó en voz alta si «se dan cuenta de que no hay ningún colectivo vinculado a la movilidad que esté de acuerdo con las chapuzas que han implementado este verano». Reclamó consensos dentro del Ayuntamiento y con la sociedad civil y exigió dejar de lado «el fanatismo, la soberbia y la torpeza con la que se está conduciendo Movilidad».

La portavoz de EH Bildu, Reyes Carrere, criticó el desmarque del PSE de la «caótica política de movilidad». «Ustedes, sus decisiones y la falta de decisiones nos han traído a este desbarajuste de movilidad. Todas y cada una de ellas han contado con su apoyo entusiasta».

Elkarrekin Podemos lo que criticó fue que Datorren Donostia, el plan para restringir el uso del vehículo privado en el centro de la ciudad, se haya metido «en el congelador». «El gobierno municipal ha tenido miedo», denunció, cuando su grupo hubiera apoyado las medidas «porque la gente demanda ciudades menos contaminadas y más amigables».

EH Bildu y Elkarrekin atacaron duramente los problemas de acceso a la vivienda de los donostiarras y denunciaron que la «turistificación» es el motivo que presiona al alza los precios. Goia recordó que turismo y precios altos ha habido siempre en San Sebastián. Garmendia (PSE) recordó que el alcalde Izagirre (Bildu) se vanaglorió en 2015 de que «2014 fue el mejor año turístico de la historia de San Sebastián» y «ahora ustedes nos vienen con el 'tourist go home'». También le recordó a Carrere que durante el gobierno municipal de Bildu el número de plazas hoteleras subió un 50%, «de 6.683 a 9.100».

Goia destacó que EH Bildu y Elkarrekin son los grupos municipales que siempre dicen que hay que construir vivienda pública «pero que se oponen a aprobar los planes para hacerla posible» como los apartamentos dotacionales de Riberas o las viviendas de Añorga Txiki. El alcalde explicó que el gobierno municipal seguirá actuado en dos direcciones para ofrecer «respuestas sin falsas ilusiones» a «un problema complejo»: promulgando planes para nuevos desarrollos residenciales y «actuando sobre la ciudad construida» autorizando la subdivisión de viviendas. «En estas dos legislaturas hemos puesto en el mercado 2.172 nuevas viviendas, de las que 1.630 son de nuevas construcción y 542 por división o cambio de uso».

Goia no quiso dejar pasar el debate sobre el modelo de turismo que la portavoz de EH Bildu le pidió que cambiara. Explicó que bajo su mandato se ha realizado «una nueva regulación y control estricto de las viviendas de uso turístico, se ha declarado la Parte Vieja saturada de alojamientos y se ha modificado el planeamiento para impedir la conversión automática de edificios residenciales en hoteles». El gobierno PNV-PSE ha anunciado el encargo de un estudio para analizar qué nuevas zonas de la ciudad se declararán saturadas de alojamientos turísticos. Marisol Garmendia señaló que en ese debate su grupo, el PSE, es partidario de que el Centro y Gros se sumen a la Parte Vieja como zonas saturadas. «El turismo es una actividad transversal, un motor económico y de empleo que beneficia a todos, pero también defendemos una regulación para la sostenibilidad de esta actividad».

«La ciudadanía está empezando a notar las afecciones negativas de esta turistificación sin límite», lamentó la portavoz de EH Bildu. «Piden un cambio de rumbo pero nunca dicen hacia dónde», le respondió Goia.

«Crear, cuidar y crecer» son las tres ideas que marcan el día a día del gobierno municipal, explicó Jon Insausti, quien señaló como objetivo de la legislatura «generar certidumbre desde la humildad». «En estos años hemos trabajado para recuperar el tiempo perdido en materia de vivienda» y en la «construcción de una nueva personalidad, una identidad ligada a la ciencia, el conocimiento y la innovación», apuntó. El portavoz del PNV celebró que hoy Donostia quiere ser «conocida como una ciudad referente de libertad» y es «el único municipio que ha desarrollado el 100% de la cartera de servicios sociales que marca el Gobierno Vasco». Asimismo, criticó a los que «creen que hay que destruir lo que se ha hecho hasta ahora» o caen en discursos «fáciles y simplistas».

La portavoz del PSE, Marisol Garmendia, dibujó una Donostia en la que, tras dos años de pandemia, el paro ha caído un 20%. «Es una buena noticia porque el empleo digno y la vivienda son instrumentos esenciales para garantizar la inclusión y la cohesión social», afirmó la delegada socialista, quien puso en valor el carácter de la capital guipuzcoana de ciudad de servicios sanitarios, educativos y sociales -«más del 50% del empleo se concentra en estos sectores»-, seguidos de la administración pública, las finanzas y, en tercer lugar, el comercio, la hostelería y el turismo. Precisamente, para avanzar hacia la sostenibilidad en esta actividad, Garmendia defendió que «Centro y Gros deben ser declaradas zonas saturadas de alojamientos turísticos, como la Parte Vieja».

La portavoz de EH Bildu, Reyes Carrere, advirtió de que San Sebastián «necesita un cambio de rumbo que no va a venir de este gobierno» porque, lamentó, «los hechos demuestran que PNV-PSE gobiernan de espaldas a los ciudadanos». La edil abertzale criticó el «modelo turístico insostenible» que ha «convertido la Parte Vieja en un parque temático» y acusó a los socialistas de «desmarcarse» de las políticas de movilidad «ahora que se acercan las elecciones». «Quieren maquillar su fracaso cambiando de discurso, pero su credibilidad es cero», subrayó Carrere, quien dijo apostar por «una ciudad con servicios públicos fuertes y sostenidos por una fiscalidad basada en el reparto de la riqueza», cambio para el que «EH Bildu está preparada».

Borja Corominas lamentó que «solo se han cumplido cuatro de los veintitrés proyectos de ciudad del programa de gobierno» firmado en 2019 y señaló que «la falta de ambición y de liderazgo es preocupante».El portavoz del PP reclamó «políticas de vivienda innovadoras» como el coliving o el cohousing, construir pisos dotacionales «para jóvenes y mayores» o recuperar los planes para desarrollar las «110 hectáreas de suelo residencial abandonadas en Altza». También hizo hincapié en la «inseguridad» y el «miedo» que sienten «cada vez más donostiarras», además de criticar la «cultura provinciana», el «empeño en destruir patrimonio» y el «descuidado mantenimiento urbano».

Desde Elkarrekin Podemos, Aitzole Araneta puso el foco en asuntos «fundamentales» como la vivienda, el cambio climático, las políticas feministas y de defensa de los derechos LGTBI o las políticas de cohesión social para «ayudar a la gente que más lo necesita». «Estamos en una nueva crisis y vemos un retroceso en la acción del gobierno municipal en muchas de estas cuestiones», advirtió la portavoz de la formación morada, quien dijo tener la «sensación de que volvemos a ver ese gobierno autocomplaciente, que se conforma con su mayoría y que pretende aplicar sus mismas recetas de siempre en una ciudad donde los donostiarras tienen cada vez más presente que hace falta un giro en las políticas públicas».