Cristóbal Balenciaga, de sus talleres en Donostia a triunfar en París
El triunfo en París del genio de la alta costura fue fruto de su trabajo previo durante dos décadas en San Sebastián, en sus talleres de las calles Bergara, Avenida y Oquendo
LOLA HORCAJO y J.J. FERNÁNDEZ BEOBIDE
Miércoles, 19 de octubre 2022, 10:01
Se han cumplido 50 años del fallecimiento de Cristóbal Balenciaga en Jávea (Alicante). Cuatro años antes había cerrado sus últimos talleres abandonando el mundo ... de la moda a los 73 años. Aborrecía el 'prêt-à-porter' que se imponía entonces en total contraposición a su exquisita y personalizada forma de trabajar. Con él también estaba desapareciendo una época, la del glamour y la elegancia de la alta costura.
Publicidad
Un sastre precoz. Cristóbal aprendió a coser con su madre Martina Eizaguirre en su Getaria natal. Con sólo 12 años vino a San Sebastián, con 15 ya ejercía de sastre y con 22 se independizaba como modisto con taller propio en la calle Bergara, 2.
Fue en 1924 cuando se estableció en Avenida 2, esquina con Santa Catalina. ocupando el primer piso, casi al mismo tiempo en que se instalaba la ferretería Los Fabricantes Unidos en el bajo. Posteriormente, Balenciaga abriría talleres en Madrid y Barcelona. Tras el golpe de Estado en 1936, salió para Francia, instalándose definitivamente en París donde adquiriría fama internacional como genio de la costura.
La vida entre costuras. En los talleres en la Avenida, que llevaban el nombre EISA por el apellido de su madre (Eizaguirre), trabajaban unas 80 personas. En este artículo recogemos los testimonios de tres de aquellas mujeres que cosieron en este taller desde los años 40 hasta su cierre.
Publicidad
Hortensia Bírgala, Rosarito Ramos y Tere Capa entraron en EISA muy jóvenes como aprendizas, llegaron a ser oficialas y permanecieron en la firma durante dos décadas. Ellas nos relataron la vida cotidiana en el taller de Balenciaga.
«Las trabajadoras entrábamos por el portal de empleados, en la calle Santa Catalina, y subíamos al primer piso donde estaba el taller. Era una gran sala alargada y muy luminosa gracias a los seis balcones que daban a Santa Catalina. Perpendicularmente a la fachada se alineaban hasta siete mesas de trabajo, cada una con seis trabajadoras, dos oficialas en las cabeceras, con sus correspondientes ayudanta y aprendiza.
Publicidad
Separadas por un pasillo había cinco mesas con planchas eléctricas, siempre en funcionamiento. De allí se pasaba al almacén donde se guardaban entretelas, hilos, torzales, forros, cremalleras, etc. Por otra puerta al fondo, pasaban las probadoras a los tres salones en 'enfilade' que daban a la Avenida. En un sobrepiso trabajaban el cortador, Tomás Ruiz, y los guarnicioneros don Juan y Juanito Balenciaga, hermano y sobrino del maestro respectivamente, y la supervisora Estrella Sanz. Al lado, en el camarote, estaban los oficinistas, Visi, Ramón Arístegui y Milagros Aldalur.
«Teníamos un ambiente muy sano. Mientras se cosía se charlaba, se contaban películas y también se rezaba, al mediodía, el ángelus y, al anochecer, el rosario, en las mesas que querían. Cosíamos sobre la mesa, nunca sobre las faldas. Al final del día pasaba la supervisora, con un cartón apuntando las prendas terminadas o lo que faltaba por hacer. A nivel de organización del trabajo había dos secciones. En la de sastrería se confeccionaban trajes sastre, abrigos, etc., con géneros de lana, y en la de modistería se realizaban vestidos de día o de noche en sedas, tules, organzas, etc.»
Publicidad
Cronología de Cristóbal Balenciaga
-
1895 Nace el 21 de enero en Getaria. Su madre Martina Eizaguirre es modista y de ella aprende Cristóbal
-
1907 Empieza a trabajar en San Sebastián, seguramente en la Sastrería Gómez del Boulevard, y posteriormente en New England
-
1911 Con 16 años es ya sastre en los 'Grandes Almacenes Au Louvre' de la calle Hernani y dos años más tarde es jefe del taller de confección para señoras
-
1914/16 Trabaja en Burdeos, en ese momento capital de la Francia durante la I Guerra Mundial
-
1917 Establece su propia casa llamada 'C. Balenciaga', en la calle Bergara, 2
-
1918 Se asocia con las hermanas Lizaso que aportan capital y presenta su primera colección
-
1924 . Establece en solitario su taller de Alta Costura en Avenida 2, 1º. Al año siguiente cuenta entre sus clientas a la Casa Real
-
1927 Tras la prohibición del juego y la menor presencia de veraneantes adinerados, abre en Oquendo 10, 'EISA Costura' como taller de «alta modistería» (más económico que la «alta costura» de la Avenida)
-
1932 Durante la República disminuye todavía más el turismo de élite en la ciudad. Abre en Sta. Catalina 3, 'B.E. Costura'
-
1933 Inaugura su taller de Madrid en la calle Caballero de Gracia 42. En San Sebastián reúne en Avenida 2, la «Alta Costura» en el segundo piso y la «Alta Modistería» en el primero
-
1935 Inaugura nuevo taller en Barcelona en la calle Santa Teresa 10.
-
1936 Como tantos donostiarras, sale de la ciudad ante la entrada de los insurgentes. Trata de establecerse en Londres sin conseguirlo
-
1937 Se establece en París donde su amigo y vecino de Avenida 2, Nicolás Bizcarrondo, también exiliado, le ayuda a montar su nuevo taller en Av. Georges V, que pronto tiene notable éxito. Durante la guerra y pese a las circunstancias, consigue evitar el cierre de sus talleres españoles.
-
1940 Presenta en Madrid su primera colección tras la Guerra Civil
-
Años 50 Obtiene el máximo reconocimiento de su obra desde la cumbre de la alta costura internacional.
-
1968 Se retira y cierra sus establecimientos por no estar dispuesto a seguir la senda del 'prêt-à-porter'
-
1972 Fallece en Jávea (Alicante) y es enterrado en Getaria
-
2011 Es inaugurado el Museo Balenciaga de Getaria.
-
*Cronología basada en el libro 'Cristóbal Balenciaga la forja de un maestro', de Miren Arzallus
Los desfiles de temporada. «Las clientas accedían por el elegante portal de Avenida 2 y eran recibidas en los salones de desfile que daban a esa calle. Se les mostraba la colección en un pase público que se hacía durante dos o tres días cada una de las temporadas (Otoño-Invierno y Primavera-Verano). Para estos pases venían cinco o seis maniquís (así se llamaba entonces a las modelos). Cada una desfilaba con una prenda con su número correspondiente y las clientas hacían su selección. La primera prueba del modelo elegido se hacía sobre una 'toile'. Tras otra prueba más con la 'toile' se cortaba la prenda en el tejido elegido y se volvía a probar. Como mínimo se hacían tres pruebas, entregándose terminada la prenda a domicilio.
Como probadoras estaban Toti Crespo (en sastrería) y María Lamano (en modistería) que tras la prueba pasaban la prenda a una de las cuatro afinadoras-cortadoras y luego ellas se lo daban a las oficialas.
Publicidad
Espionaje industrial. Uno de los grandes problemas de los creadores famosos era el espionaje industrial. La encargada de Balenciaga en San Sebastián era Encarnación Ruiz Escribano, una persona muy estricta. Entre sus funciones estaba la de evitar cualquier desliz de los trabajadores en esa materia, que muchas veces eran tentados o sobornados para copiar los patrones. Una falta de este tipo era motivo de despido inmediato.
Los talleres de París. En el taller Balenciaga en París, de la Av. Georges V, trabajaban 500 personas. Muy cerca, en la Av. Marçeau vivía el maestro. Cuando se preparaban las nuevas colecciones hacía falta personal de refuerzo. Por ello, en 1960, siendo Rosarito oficiala, le pidieron ir a París. «Fui con Conchita Larrea y Hortensia Bírgala. Estábamos unos dos meses preparando los trajes de esa temporada que se presentaban en tres pases. Uno para clientas, otro para periodistas y otro más para los llamados 'comisioners'. Éstos venían de toda Europa y también de América para comprar los patrones originales, por los que pagaban un dineral, pudiéndolos reproducir así todo lo que quisieran». Tras el desfile de París la colección se presentaba en Madrid, en Barcelona y San Sebastián.
Noticia Patrocinada
Un hombre discreto. «A Cristóbal no le gustaba la popularidad ni que le fotografiasen. Era un hombre muy discreto. En su trabajo era muy clásico. No hacía las prendas con estrecheces, sino con amplitud para que fueran cómodas. Dentro de la prenda había mucho más de lo que se veía. Había mucho trabajo oculto, «los secretos» que hacían que la prenda sentara perfectamente. Era muy meticuloso en su trabajo pero además era un creador. Le venían las ideas y lo hacía por arte. Su diseñador era Ramón Esparza que era quien le hacía todos los dibujos. Cristóbal era exigentísimo. Podía mandarte soltar toda la prenda y no le podías pasar ni el menor error. Otro detalle que le caracterizaba era que hablaba bajísimo. Había que estar muy atenta para entenderle cuando te hablaba».
Vasco universal. Balenciaga representó como pocos el glamour y la elegancia de San Sebastián. Su triunfo en París fue fruto de sus primeros veinte años de trabajo en nuestra ciudad. Su reconocimiento internacional atrajo a muchos visitantes ya que los mismos modelos que desfilaban en París se podían adquirir aquí a mucho menor coste.
Publicidad
El maestro mantuvo siempre su vinculación con Donostia conservando sus raíces a través de su familia, de su taller de la Avenida y de su caserío 'Gurutzealde' en el pueblo de Igeldo. Falleció en 1972 en Jávea (Alicante) y fue enterrado en su Getaria natal, donde el Museo Balenciaga guarda memoria de su genial arte.
En las pantallas en 2023. Acaba de terminar el rodaje, en diferentes escenarios de nuestra ciudad, de una serie sobre la vida de Balenciaga, por Disney+, que en forma de serie se emitirá próximamente, dándonos la oportunidad de acercarnos más a la figura del gran maestro de la costura y maestro también de otros grandes diseñadores como Courrèges, Givenchy, Ungaro o el pasaitarra Paco Rabanne.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión