La otra carta a los Reyes Magos

Desde dentro de su taxi, Sergio nos cuenta que la pandemia le supuso un duro golpe. «He estado 14 meses sin trabajar por el Covid, y hay que pagar el taxi, la casa...». Es por ello que su deseo principal es «salud y empleo», aunque también pediría «que baje el precio del combustible, los impuestos... pero eso son obviedades». A la hora de ejercer su profesión, considera que «la ciudad está bien» si bien opina que habría que esperar a que terminarán las obras e intervenciones en materia de movilidad que están en marcha «para sacar conclusiones sobre sus efectos en el tráfico». Pero sí tiene un deseo: «Si dejan el paseo de La Concha así, siendo exclusivo para transporte público y vehículos esenciales, mucho mejor».

Suka espera paciente a que su dueño salga de una tienda. Esta perra se lleva buena parte de las peticiones de la carta de Pedro Cantalapiedra. «Estaría bien que limitasen el uso de los petardos y cohetes que se utilizan cuando hay cualquier celebración o fiesta. Las mascotas lo pasan mal. Suka suele estar aterrorizada, no puede ni salir de casa», explica. No quiere que se prohiba, pero sí que al menos se establezca un horario de uso o un control de la actividad. «Por lo demás, la ciudad está muy bien para tener mascotas, aunque echo en falta más sitios para tenerlos sueltos y más fuentes de agua para que los perros puedan beber».

Manuel recorre siempre que puede buena parte de la ciudad subido en su silla motorizada. Es por ello buen conocedor de aquellos puntos en los que falla la accesibilidad por culpa de barreras arquitectónicas. «Aunque se ha avanzado bastante en esta materia, quedan muchos pasos de peatones con saltos muy fuertes. En el mismo centro, en la Avenida de la Libertad, hay un par de puntos problemáticos y en cualquier parte de Donostia te llevas sorpresas cuando quieres pasar», apunta. Así que en su carta a los Reyes Magos pide «ir arreglándolos».

Para llegar a la farmacia de la Parte Vieja en la que trabaja, Esther se desplaza en coche desde Irun hasta Herrera, donde aparca, y desde ahí hace el resto del recorrido en su bici plegable. «Me da envidia lo bien que está la red ciclista aquí, pero no me gusta el tramo que discurre por la Calzada Vieja de Ategorrieta junto al colegio de Jesuitas porque llegas ahí y te cruzas con autobuses, coches, los niños, los padres... ¿No había otra alternativa?», se queja. Por otra parte, aunque el covid ha centrado las conversaciones con sus clientes, también han llegado a sus oídos otras necesidades de los vecinos del barrio. «Por ejemplo, aquí hacen falta más bancos para que los mayores se puedan sentar».

Edu ha regresado estas Navidades a Donostia a pasar las fiestas y se ha encontrado su barrio, Egia, «patas arriba, entre el cierre del pasadizo, Mundaiz, las obras en Iztueta ...». No duda de que el resultado «quedará bien» pero considera que el Ayuntamiento debería «mejorar la señalización de los desvíos» para los que viven fuera y no están al día de las modificaciones. «Me he encontrado tramos cortados, cambios en la circulación... es un lío», asegura. Jessica, su pareja, es madrileña y es más práctica con su deseo: «Que haga más sol».

Cuando a Puri se le pidió un deseo para la ciudad no tardó en pedir «que se peatonalice la calle Ramón María Lilí». Y es que esta vecina de Gros tiene claro que «hay que seguir apostando por medidas para ralentizar más el tráfico de vehículos y eliminarlo donde se pueda». En la plaza Gipuzkoa le acompañaba su amiga, Carmen Antolín, que prefiere que «se dejen de dar licencias de hotel y se haga una mayor apuesta por la vivienda para jóvenes». Por su parte, María, nieta de Puri, mostraba su deseo de que se hagan «más parques con más juegos», y que incluyan nuevos espacios «para andar con el patinete, que hay pocos».

Fernando considera que las mayores necesidades de la ciudad están en los barrios de la periferia «porque el Centro va sobrado». «Altza tiene zonas en las que está muy dejado. Urbanísticamente no está bien hecho y en materia de accesibilidad también hay problemas. Han quitado el autobús de la zona sanitaria que por ejemplo a mi madre, que vive allí y tiene 86 años le haces un fastidio. Y allí vive mucha gente mayor», señala. Como buen usuario del servicio de alquiler de bicicletas públicas Dbizi, reclama que se amplíe a otras zonas como Añorga Txiki.

Mientras vigila sus cañas de pescar en el paseo Salamanca, Iosu nos atiende y se muestra contundente. «Si por mí fuera, pondría más restricciones». Su postura crítica responde a la realidad que lleva casi dos años viviendo con el covid como trabajador en el ámbito residencial con personas con discapacidad. «Me cabrea mucho ver como nos estamos tomando esto a la ligera». En este sentido, lamenta haber visto como «los residentes tienen que estar confinados día sí y día también mientras la gente se queja y no hace caso». Confía sin embargo en que este 2022 la situación cambie, «aunque si seguimos en la misma tónica será difícil».