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Los vecinos de San Sebastián protestan: «Estamos desesperados, hay peleas, mucho ruido, cristales rotos...»
Vecinos del Muelle denuncian que desde el fin del estado de alarma las concentraciones de jóvenes se han multiplicado para beber por la noche, lo que impide su descanso
Los botellones de la juventud, especialmente multitudinarios este fin de semana debido a la finalización de la Selectividad, están afectando de forma ... evidente a la convivencia. Sin ir más lejos, esta pasada madrugada se han registrado tres detenciones en San Sebastián y en Hondarribia por diversos incidentes con la Ertzaintza. Y las habituales peleas, gritos y el excesivo ruido que generan las concentraciones nocturnas donde fluye el alcohol y el desenfreno, junto a la cantidad de residuos que quedan diseminados en el suelo, traen de cabeza a los vecinos que viven en las zonas donde se concentran estas quedadas. Como por ejemplo los que viven en el entorno del Muelle de San Sebastián, uno de los clásicos puntos donde los jóvenes se congregan para beber en la vía pública.
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Una mujer que vive en el Muelle, que prefiere omitir su nombre, relata a DV el especial infierno que están viviendo con los botellones en el último mes, tras finalizar el estado de alarma. Una situación nueva, al compás de la mejora de la pandemia, que sin embargo ha perturbado más que nunca su sueño y su descanso. Y es que al estar el ocio nocturno todavía cerrado, los jóvenes se dedican a estar toda la noche bebiendo en la calle. Pese a que es una actividad que está prohibida.
Olor «nauseabundo»
«Estamos desesperados. Y el de esta noche ha sido el botellón más multitudinario. Se habrán juntado más de 500 personas. De hecho, a las ocho de la mañana aún había gente bebiendo y un olor nauseabundo... En el último mes se celebran botellones varios días a la semana, generalmente de jueves a sábado y a veces incluso los domingos, y hacen mucho ruido, hay gritos, peleas y cristales rotos... Cada vez se juntan más debajo de las casas, donde viven niños y bastante gente mayor. Además, las viviendas son antiguas y no están muy bien insonorizadas, por lo que los ruidos son muy desagradables», denuncia esta vecina donostiarra con un sabor amargo. Y es que llueve sobre mojado.
Además, la zona del Muelle presenta una particularidad, porque el Puerto es un «espacio público abierto» donde puede actuar cualquier cuerpo policial, según especificaron la semana pasada fuentes del Gobierno Vasco a este periódico. Pero según pudo saber DV, entre los acuerdos de Guardia Municipal y Ertzaintza para repartirse las tareas de vigilancia de las diferentes zonas de la ciudad, el Muelle es competencia de la Policía Autónoma Vasca. Así, el control de estas situaciones es una tarea más de los cuerpos policiales, que no pueden dedicar sus efectivos solo a ello. La neutralización o disolución de botellones con decenas o cientos de personas, la mayor parte bajo los efectos del alcohol, plantea además el dilema de cómo actuar para no provocar males mayores.
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El Muelle es competencia de la Ertzaintza, pese a situarse en terreno donostiarra
Pero la sociedad se basa en la convivencia y frente a las ganas de juerga de la juventud se sitúa el derecho al descanso de la ciudadanía. Según esta vecina de la Parte Vieja, el año pasado «ya enviamos una carta de queja al Gobierno Vasco para que actuara en esta zona. Pero entre las diferentes administraciones se pasan la pelota. Desde el Ayuntamiento te dicen que la que puede actuar es la Ertzaintza. ¿Si vamos a protestar ahora? De momento, no. Pero estamos desesperados. Además, los jóvenes saben de la particular situación y se les escucha decir por la calle que no les pueden hacer nada».
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