«Este botellón ha superado todas la previsiones»
Los restos de basura tras las celebraciones por el final de la Selectividad y de los exámenes de las universidades provoca han vuelto a dejar una preocupante estampa en Donostia
«Se entiende la necesidad de los jóvenes de divertirse después de un año complicado, pero luego que recojan la basura del botellón. No cuesta nada». Este ha sido el sentir de los vecinos donostiarra que a las 8 horas se acercaban al puerto a pasear y practicar deporte este domingo. Restos de vidrio, latas de cerveza y botellas de plástico se encontraban desparramadas por todo el muelle, mientras las gaviotas y palomas picoteaban entre la basura.
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«¡Esto parece Semana Grande!», exclamaba a este medio uno de los barrenderos que ha trabajo en la limpieza de la zona mientras observaba el espigón lleno de envases y todavía todas las toneladas que le quedaba por recoger. «Este domingo nos toca trabajar a tres personas y no damos abasto. En época de fiestas solemos hacerlo ocho compañeros. Este botellón ha superado todas las previsiones», señalaba el operario mientras arrastraba un contenedor a rebosar de desechos.
Un fuerte olor a mezcla de orín y alcohol acompañaba a una escena propia de época pre-pandemia del coronavirus. «Es normal que los chavales quieran divertirse y yo en mi época también hacía 'litros' en el puerto, pero luego recogíamos la basura. Entre todos no cuesta nada», señalaba Markel sorprendido ante la escena mientras varios jóvenes de 'gaupasa' pasaban a su lado. «Esto es una vergüenza, no tengo palabras. El ayuntamiento de Donostia debería colocar contenedores para que los chavales tiren ahí los plásticos. Aunque tampoco estoy muy seguro de que todos los fuesen a utilizar», destaca Máximo Díaz, indignado mientras observa las papeleras a rebosar de desechos.
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«¡Qué olor!», apuntaban dos amigas al entrar en el puerto y percatarse del fuerte hedor a orín, a pesar de portar mascarilla. «Se entiende la necesidad de los jóvenes de socializar pero esperemos que cuando se vuelvan a abrir los bares disminuyán un poco estas 'macrofiestas' al aire libre. Aunque pusieran unos container para tirar la basura muchos la dejarían en el suelo», argumentaba Arrate mientras su amiga Beni ratificaba sus palabras y ambas continuaban la ruta mañanera hacia el Paseo Nuevo.
«Los jóvenes, que deberían de dar ejemplo sobre el cuidado del medio ambiente, cuando están de fiesta se olvidan de todo. Se ha quedado esto precioso», finalizaban Jose Luís su opinión en tono irónico. Una indignación ciudadana que se repite cada fin de semana tras el final del toque de queda vigente hasta el pasado 9 de mayo. Una situación que también se ha repetido en otras localidades de Gipuzkoa en las que se han celebrado botellones para celebrar el fin Selectividad y de los exámenes y el comienzo de las vacaciones de verano. La conciencia ecológica y el civismo, asignatura pendiente para el próximo curso.
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