Arraun Lagunak busca la perfección

Son las seis y media de la tarde y tras el preceptivo calentamiento las remeras de la Lugañene comparecen en el pantalán del muelle de El Hospitalillo, en Trintxerpe. Una fina pero pertinaz lluvia les da la bienvenida en pleno agosto. El tiempo es desapacible. «¡Menudo día para remar!» se escucha decir a alguna remera. No hay tregua.

Rápidamente bajan la Lugañene del remolque y la llevan al agua. Previamente Juan Mari Etxabe, el entrenador, ha repasado el estado de la embarcación, ha tomado medidas para comprobar la separación entre los toletes y ha explicado el entrenamiento que van a llevar a cabo.

No faltarán las clásicas series en la ría con distintos ritmos y tiempos de descanso. Dado el estado de la mar, bastante revuelta por la borrasca Patricia, hoy no van a salir mucho hacia afuera, anuncia Etxabe. «A estas alturas de la temporada busco velocidad y un poco de trabajo físico. Algo de pesas para no perder tono muscular. Pero fundamentalmente busco velocidad y conjunto, que los cambios que hagamos sigan dando un buen resultado, que la trainera siga andando y que disfrutemos de cada día porque al final es importante para que el equipo esté enchufado como está», explica el oiartzuarra, que persigue la perfección. «Siempre hay margen de mejora», asegura. «Todos los equipos miramos a septiembre y ahora entramos en el momento dulce, pero es importante cuidar todos los detalles porque no hay muchas diferencias entre un equipo y otro. Se vio en la contrarreloj. Entonces ganamos, pero en cinco segundos estuvimos tres botes. El nivel es alto y cualquier pequeño detalle, un mal rendimiento de una remera o una mala ciaboga, provoca un mal resultado», explica.

Con las remeras ya en las tostas de la Lugañene, la embarcación se adentra en la bahía y comienzan las series. A 36 paladas, a 40... Juan Mari Etxabe sigue de cerca las evoluciones desde la motora y se desgañita cuando es preciso. Desde las orillas de San Juan y de San Pedro no faltan espectadores, algunos de ellos turistas sorprendidos por lo que ven. Además de Arraun Lagunak pasan también las dos tripulaciones masculinas de Donostiarra, la de Hibaika o la de Tolosaldea.

«Las sensaciones son buenas. Estamos donde queremos, optando a ganar la Liga. Nos gustaría tener más banderas y más puntos de diferencia, pero creo que estamos dando un muy buen nivel, estando en la pelea por las banderas jornada a jornada. Somos un equipo al que le va a costar ganar, pero seguiremos atentos para no cometer fallos», comenta Etxabe, que considera que «las calles van a marcar mucho el resultado final porque es donde se hace la diferencia ya que todos estamos muy igualados».

Reconoce que terminar el pasado domingo por delante de Orio les dio «tranquilidad» porque «si sales del fin de semana con los mismos puntos con los que entraste, es señal de que has hecho bien las cosas».

Sabe que «somos el único equipo que podemos tener un día malo» porque, aún así, «seguiremos optando a ganar la Liga. Se nos pondrá más difícil, pero tenemos esa opción. Si Orio tiene un mal día y les metemos dos puntos, serán cinco y se les complicará mucho», apunta.

Tras algo más de una hora la Lugañene termina un entrenamiento pasado por agua. Hondarribia y Lekeitio están ya en el horizonte. «No sabemos lo que nos vamos a encontrar. Están dando mar, hay mucha corriente y todos los entrenadores estamos pensando cosas porque hay muchos detalles que cuidar. Todo está muy apretado».

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