El tablero remero espera a que le den el dado

Habrá remo este verano. Ya nadie lo ponía en duda tal como transcurre la desescalada y siempre que mantenga su evolución. Lo que no hay es fecha para el comienzo de la temporada en las ligas Eusko Label y Euskotren. Según confirmó ayer el presidente de la Asociación de Clubes de Traineras (ACT), Borja Rodrigo -en el marco de una rueda de prensa telemática a la salida de la asamblea de clubes que se prolongó durante casi ocho horas-, el tablero de la competición está preparado con 18 casillas (regatas) y doce fichas (traineras), que serán doce y cuatro en el caso femenino. Falta el dado, que lo deberán facilitar las autoridades sanitarias a través del permiso para los entrenamientos en grupos de catorce personas, lo que permitirá a las tripulaciones ejercitarse en el agua.

En principio, todo apuntaba a que este momento coincidiría con la entrada en la fase 3 de la desescalada, el lunes 8 de junio. En ese caso, el semáforo se pondría en verde el 4 de julio, en la primera de las dos jornadas en aguas de A Coruña. Sin embargo, esta semana el director de Deportes del Gobierno Vasco, Jon Redondo, advirtió de que quizá el trabajo en el agua se posponga al final de la fase 3, lo que retrasaría el inicio competitivo al 11 de julio, en la Bandera Donostiarra, en La Concha. Se ha descartado la Bandera Caixabank del 28 de junio, pero «hemos logrado un calendario de 18 regatas», destacó Borja Rodrigo, que quiso poner el foco «en la fecha en que remeros y remeras podrán entrenarse en el agua», que es la que determinará el inicio liguero.

En el supuesto de que no se pudiera comenzar en A Coruña, esta doble jornada se podría recuperar el primer fin de semana de agosto, siempre que no se disputara el Campeonato de España, previsto en Pedreña.

La ACT trabaja para que la 'nueva normalidad' sea lo más parecido al remo que conocemos, al menos en el agua. Se mantendrán todos los medios técnicos y humanos de la pasada campaña: GPS, balizaje, semáforos..., así como los premios en metálico. También el funcionamiento de la competición, dado que ninguna de las propuestas para modificar el reglamento fructificaron al no reunirse «el consenso necesario», puntualizó Borja Rodrigo.

Por tanto, y como más reseñable, habrá descensos. La última trainera bajará a la ARC1 o a la Liga Galega y la penúltima buscará la permanencia en el play-off. Solo se eliminarían los descensos en el caso de que no se pudiera disputar un mínimo de doce jornadas puntuables (ocho en la liga femenina) a consecuencia del coronavirus, dado que si una tripulación no pudiera disputar una regata por haber tenido algún positivo, esta no puntuaría. Ante esta posibilidad de sufrir bajas, se habían barajado medidas como aumentar de 22 a 26 el tope de fichas en las plantillas, iniciativa que tampoco prosperó en la larga junta de ayer en Bilbao. Para conquistar la corona de campeones, no se exigirá un mínimo de regatas.

En tierra, es evidente que se adoptarán todas las medidas restrictivas que la prevención del coronavirus requerirá dentro de un mes. Pero prevalecerá el distanciamiento social, con lo que se eliminarán «todos los espacios que conlleven la concentración de personas», avisó ayer Borja Rodrigo, en referencia a estructuras como la fan zone o las tribunas VIP. También se limitará la presencia de periodistas en el área de prensa.

Respecto al acceso al público, la idea también es restringir en la medida de lo posible para evitar las aglomeraciones. Para ello, según explicó el presidente de la ACT, se analizará cada regata con las autoridades locales, dado que cada escenario «es diferente y tiene sus particularidades», tal como sucede «con las distintas playas». Viendo cómo han estado los arenales en los últimos días, nadie puede afirmar que las regatas vayan a ser sin público.

Los clubes aprobaron el presupuesto, que no hicieron público. Según Rodrigo, se ha reducido «de forma sustancial» -se ha perdido el patrocinio de San Miguel- pero «garantiza el normal funcionamiento de la ACT». No es poco.

A las 18.15 horas, apenas veinte minutos después de que acabara la asamblea de la ACT que había comenzado a las diez de la mañana, su presidente, Borja Rodrigo, compareció ante los medios con un semblante serio que debía de obedecer más al cansancio tras la larga reunión que a las conclusiones de la misma, después de aprobar «un calendario de 18 regatas masculinas y 12 femeninas» que apuntan a disfrutar de una temporada de traineras «normal» en un verano ciertamente atípico.

«No somos ajenos a la evolución de la pandemia», advirtió, pero «si estamos haciendo semejante esfuerzo -en alusión a las reuniones periódicas con clubes y autoridades, así como la elaboración del protocolo de actuación ante el coronavirus- es porque somos conscientes de que se van a dar los términos necesarios para que haya una competición, manteniendo el reglamento».

En este sentido, Rodrigo confirmó que la ACT trabaja de la mano de las autoridades sanitarias del Gobierno Vasco y de la Xunta de Galicia junto a los distintos ayuntamientos para tratar de garantizar el desarrollo de las ligas, cuyo inicio dependerá de la fecha en la que las tripulaciones puedan retomar los entrenamientos en el agua. «Lo importante es que en cuanto nos digan cuándo se puede bajar al agua, sabremos cuándo y dónde empezarán cada una de las ligas».

Pese al «sustancial» recorte del presupuesto, Rodrigo enfatizó en que «las regatas van a contar con todos los medios técnicos y humanos» para garantizar «el rigor y el nivel de la competición». La única «merma» en la organización «tiene que ver con aspectos no deportivos», como la ausencia de tribunas VIP o el fan zone para evitar la aglomeración de público. Por último, agradeció «el esfuerzo de todos los deportistas para no bajar los brazos estos casi tres meses» que llevan entrenando en casa.