Todo comenzó en un Real Sociedad - Mónaco

Hace casi un año, tras perder la Bandera de La Concha, Orio estableció un primer contacto con Patxi Francés para hacerse cargo de la trainera femenina después de que Xanti Zabaleta decidiera dar un paso a un lado. El técnico aceptó el reto y comenzó a reconstruir con el club una plantilla que había perdido a nueve remeras, muchas de ellas importantes en los éxitos recientes. Aquel proyecto que se inició en octubre sin más pretensiones que las de estar lo más cerca posible de la poderosa Arraun Lagunak, creció a una velocidad inesperada y, alimentado por las banderas que ha ido ondeando, se ha convertido en un proyecto ganador que este domingo alcanzó la cima con la reconquista de la Bandera de La Concha que le sirve para firmar un doblete con el que seguramente nadie soñaba en Orio cuando descolgaron el teléfono.

Aquella llamada mientras Francés presenciaba el Real Sociedad-Mónaco en el Reale Arena está en el origen de un éxito que cabe calificar de extraordinario no solo por la magnitud de lo conseguido, sino por la entidad del rival que ha tenido enfrente. Porque Arraun Lagunak, pese a que pocas veces ha podido con las aguiluchas, les ha obligado casi siempre a exprimirse al máximo. Y este domingo no fue una excepción.

Porque a seis segundos de Orio en la ciaboga, las de Juan Mari Etxabe podían haber elegido terminar la regata cumpliendo el expediente, pero escogieron no doblar la rodilla, sacar su orgullo y pelear hasta la última palada, llegando a los últimos 200 metros con su proa casi a la par que la de la Txiki, que terminó imponiéndose por 14 centésimas sin casi aliento para celebrar su triunfo.

Pero hasta llegar a ese desenlace hubo mucha miga de por medio, empezando por una salida nula que puso de los nervios a todo Orio porque durante unos segundos se especuló con una posible salida antes de tiempo de las oriotarras. Finalmente todo quedó reducido a un fallo técnico y, tras repetir el procedimiento, las cuatro embarcaciones de la tanda de honor se pusieron en marcha.

Orio, que como Arraun repitió la misma tripulación del domingo pasado, salió como poseída por el demonio, con un ritmo infernal de paladas que nadie pudo seguir. No se había llegado al minuto de la regata y Arraun Lagunak y Donostiarra cedían un segundo, mientras Hondarribia perdía tres.

Y todo eso por la calle 1, la que en principio nadie quería pero que con el paso de la jornada se demostró que no era tan mala, sobre todo de brankas y hasta el Aquarium. A 500 metros de la ciaboga la renta de la Txiki ya era de tres segundos sobre una sorprendente Donostiarra, que marchaba por delante de la Lugañene mientras la Ama Guadalupekoa cedía definitivamente.

Orio maniobró con la maestría que acostumbra y salió lanzada hacia la bandera. Con la Bantxa a cinco segundos y las de Juan Mari Etxabe a seis, nadie tenía dudas de hacia donde se iba la bandera.

Pero como si fuera un animal herido, Arraun Lagunak transformó la rabia en vatios, sobrepasó a Donostiarra nada más salir de la baliza y, en unas pocas paladas en popare, redujo la distancia a cuatro segundos.

A todo esto, los tiempos de Tolosaldea en la primera manga, en la que hubo algo menos de viento, fueron calcados a los de Orio hasta poco antes de llegar a la isla, momento en el que cedió definitivamente.

Las de Patxi Francés fueron completando el largo de vuelta cruzando el campo de regateo desde la calle 1 a la 4, una circunstancia que la Lugañene no desaprovechó para situarse a dos segundos ya dentro de la bahía.

No parecía peligrar la Bandera de La Concha porque los 2.16 segundos que tenía Orio de margen de la primera jornada parecían suficiente colchón, pero durante unos instantes, unos poquitos segundos, sobrevoló la duda. La imagen de la proa de la Lugañene prácticamente a la par a pocos metros del final, y su inercia, hicieron contener la respiración hasta que la Txiki cruzó la meta con la duda de si había ganado, aunque con la certeza de que la Bandera de La Concha regresaba a Orio poniendo la guinda a una temporada casi perfecta.

Tolosaldea, que como la primera jornada también hizo varios cambios, logró el tercer mejor tiempo de la jornada tras ganar su tanda sin apenas oposición y escaló hasta la cuarta plaza final tras superar a Hondarribia. No pudo con Donostiarra por solo tres centésimas y, si todo va mínimamente normal dentro de una semana, no debería tener problemas para certificar su continuidad en la Liga Euskotren.