La trampa de la gran oportunidad

A los engañosos condicionantes que pueden hacer pensar en un Osasuna más vulnerable se contrapone un factor de mayor peso en el fútbol: la dinámica. El equipo de Arrasate está subido en una ola de positivismo e ilusión que empuja incluso cuando el juego no acompaña. En el último mes suma tres victorias, dos empates y una sola derrota, contra el Rayo y por los pelos. Su estado de confianza es ahora mismo un arma peligrosa para sus rivales y, por mucho que no lo verbalicen, tienen a tiro de piedra los puestos europeos (por si no logran el billete continental ganando la final de Copa).

Con todo, llega la Real reforzada en su identidad a este partido después de ser capaz de maniatar a todo un Betis en su Villamarín durante una fase del último compromiso liguero. La actitud, concentración y agresividad exhibidas en Sevilla se convierten en los ingredientes básicos para lograr un resultado favorable en una noche en la que, aunque no sea políticamente correcto asumirlo, un equipo se juega más que el otro.

Pero a la pelea deberá añadir la Real talento e inspiración para plasmar en el marcador su dominio. Bien dotados de ello están David Silva y Mikel Merino, dos centrocampistas que vieron desde el banquillo buena parte del partido ante el Betis el martes y que tendrán este viernes la misión de liderar el proceso de creación de fútbol ofensivo. A sus mentes privilegiadas y sus zurdas de oro se encomienda la Real para generar las ocasiones de gol que hagan falta. Tantas como sean necesarias para marcar los tantos suficientes. El acierto en las áreas volverá a ser clave más allá de cuál sea el desarrollo del juego.

Los dos equipos llegan con niveles parecidos de fatiga al partido. Jugaron el mismo día, el martes, si bien los rojillos lo hicieron a una hora prudencial (19.30 horas) para iniciar el proceso de recuperación a tiempo. Los realistas trasnocharon y no lo tuvieron tan fácil para empezar a darle la vuelta al cuerpo, aunque a su favor tienen una amplitud de plantilla que hoy por hoy ofrece distintas alternativas a Imanol.

La primera elección tiene que ver con el sistema. Con Merino y Silva como titulares indiscutibles este viernes, el míster tiene la opción de completar el rombo con Zubimendi y Brais para dotar de mayor control al juego de su equipo o dejar tres hombres en el centro del campo para recurrir a dos extremos por fuera que acompañen al delantero centro en un esquema de 1-4-3-3. Las sensaciones físicas que este viernes puedan transmitir jugadores como Kubo, Zubimendi o Gorosabel, que jugaron todo el partido el martes en Sevilla, decantarán la elección del técnico, sabedor que va a necesitar frescura de piernas para igualar la intensidad de Osasuna.

Se espera sobre el verde un choque de estilos. El fútbol combinativo y de control de la Real ante el juego más vertical y directo de Osasuna, si bien los dos equipos saben mutar de piel y adaptarse a registros diferentes. La teoría establece que al conjunto txuri-urdin le conviene alargar sus posesiones y madurar las jugadas minimizando los riesgos y que a los rojillos les puede beneficiar un duelo más alocado, de ida y vuelta. Sin embargo, la calidad de los jugadores de arriba de la Real, reivindicada esta misma semana por el propio Kubo en estas páginas, puede ser letal para Osasuna en un toma y daca, del mismo modo que un ritmo pausado de juego en el que se imponga el rigor táctico puede acabar premiando la inspiración puntual de Osasuna en una de las escasas ocasiones de gol que pueda tener. En definitiva, un partido trampa que requiere tener los ojos bien abiertos.