Tolosa, Mutriku, Donostia y... Eibar
El heredero del '4' destaca en el centro del campo, hace fácil lo difícil y sufre en la carrera previa al gol del Oviedo
Si algún aliciente coincidía en el bloc de deseos del seguidor blanquiazul en este verano, ese era que llegara el momento para que Jon ... Gorrotxategi llevara la manija del centro del campo de la Real. Debutó como titular el eibartarra con el primer equipo. Día y camiseta para guardar. Como la blanquiazul de la semana pasada ante el Espanyol. La diferencia es que ayer se sacó la foto de inicio, en el once inicial.
Un camino que comenzó hace más de 25 años en Tolosa, siguió por Mutriku, viró hacia Donostia y cogió la A-8 en dirección de la capital armera. Si en 'El señor de los Anillos' Aragorn es hijo de Arathorn; en la Real, Gorrotxategi es heredero de Xabi Alonso, Asier Illarramendi y Martin Zubimendi. Casi nada.
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Su mapa de calor Gorrotxategi se movió por toda la zona ancha del campo. Bajando a recibir para iniciar el juego y subiendo para apretar la salida de balón del Oviedo.
Y eso significa mucha responsabilidad porque los anteriores jugadores han marcado una época y han guiado a la Real a jugar la Champions. Ojalá hablemos de eso mismo esta temporada o en venideras. El debut de Gorrotxa como titular no fue todo lo dulce que hubiera deseado. Y la desazón que le invadió cuando el árbitro indicó el final, inmerecida.
Gorrotxategi fue como si Robert de Niro hace de gángster, Clint Eastwood de vaquero o Adam Sandler de dieciochoañero. Simplemente fue él mismo. Robo y pase fácil. Sin ornamentos, ni necesidad de cambios de juego larguísimos, Gorrotxategi se impuso. Dos robos altos suyos fueron las dos mejores ocasiones de la Real en la primera parte. La primera acabó con un disparo de Kubo, la segunda con un tiro de Oyarzabal donde Aaron se lució cuando se mascaba el gol. No le hubiera contado a Gorrotxategi como asistencia, sí como pase clave. Que viene a ser lo mismo.
El eibartarra es jerarquía. Es el clásico número '4' con el balón en el pie y por posición en el campo. También le tocó sufrir. Como en esa carrera con Hassan de 40 metros que acabó con el gol del Oviedo. ¿Debió hacerle falta? Puede que el miedo a la sanción le amedrentara. Lo que nadie imaginaba es que esa carrera acabaría en gol, en el único acercamiento de los vástagos de Pelayo.
Gorrotxategi tuvo que bajar un plato y subir piñones porque el partido se puso cuesta arriba. Siguió mandando sobre la zona ancha, su 91% en los pases, 42 de 46 habla de que casi todo lo que le llegó lo entregó perfectamente. Como un avezado cartero. El partido se acabó para él en el minuto 78, cuando fue sustituido por Turrientes y se fue con su paisano Oyarzabal al banquillo. Con Gorrotxa la Real mejoró ante el Espanyol y frente al Oviedo sólo hubo un equipo sobre el campo. Solo falta hacer buenos sus pases y lograr un triunfo.
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