Segunda final en cuatro meses

A un toque ·

Miguel González

San Sebastián

Miércoles, 4 de agosto 2021, 07:14

A estas alturas ya sabrán que no soy un apasionado de las selecciones de fútbol. Será porque ninguna me toca la fibra como la Real ... o porque siempre las he visto como una amenaza para los nuestros: que si el cansancio, que si el riesgo a lesionarse, que si te los pueden levantar los grandes... Aún recuerdo cómo se llevó Florentino a Illarramendi porque se comió a Verratti en la final del Europeo sub-21 en 2013. Sin contar con que te trastoca la pretemporada...

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Pero el embrujo de los Juegos me ha cambiado la película. La ilusión por ver a tres jugadores de la Real colgándose el oro ante Brasil supera a todo lo demás y solo veo cosas positivas. Para empezar, sería histórico contar con tres campeones olímpicos apenas cuatro meses después de levantar la Copa en Sevilla, porque ello significa que juegan en un club con el que pueden competir por gestas importantes. Solo les queda un peldaño y como en La Cartuja, llegados aquí no van a renunciar a nada.

¿Que se han perdido la pretemporada y volverán cansados? Yo creo que mentalmente van a regresar como motos. La experiencia de los Juegos es única y traerte una medalla, algo inolvidable. Ya quisiera más de uno estar codeándose con la élite mundial del deporte en la villa olímpica en vez de estar jugando aburridos bolos veraniegos.

En lo físico, a Merino le viene fenomenal recuperar sensaciones después de tres meses parado por la espalda y a Zubimendi también, porque tuvo tiempo para desconectar después del Europeo sub-21. Oyarzabal es el que menos descanso ha tenido con la Eurocopa pero conociendo su ambición sin límites no le veía renunciando a los Juegos por disputar partidos amistosos. Un club que se considere grande tiene que promocionar a sus jugadores y la sola posibilidad de que los tres se cuelguen la medalla de oro es increíble. Algo histórico.

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