A tiro de Champions

La Real perdonó lo que no está en los escritos y solo en la primera mitad podría haber finiquitado el partido. Las estadísticas reflejan perfectamente cómo fue el choque. Mejor dicho, lo que debió ser porque llegar con ese 1-0 al descuento y que haya un centro raro, hace temblar a cualquiera. Un penalti fallado, dos tiros a la madera, un par de goles anulados y varias intervenciones de mérito de Cárdenas cuantifican la superioridad realista que no se vio traducida en el marcador. Aunque ese intento de gol olímpico de Bardhi que fue al larguero llevó consigo un escalofrío a muchos de ustedes. Tranquilos, en esa portería solo el gran Javi de Pedro mete goles desde el córner. Ah, y en la otra, también.

La Real se pone a tiro de Champions. Y bien que lo merece. No existe una bola de cristal para vaticinar dónde acabará la escuadra de Imanol pero no hay duda de que por el juego que ha desplegado a lo largo del campeonato merece ser candidato.

Si no es por la mala racha de resultados, que no de juego, entre la jornada 10 -el 0-1 en Cádiz y precisamente, el partido ante los gaditanos en Anoeta (4-1)- estaríamos hablando ahora de otra cosa. Porque se fueron multitud de puntos al limbo, sobre todo partidos que acabaron en empate. Lo que los agoreros repetían ayer en el tramo final. El punto federativo era valioso cuando se contaban dos por victoria y no tres como ahora. Acuérdense del 0-0 en Mendizorrotza, con el equipo volcado y el Alavés con un jugador menos, el empate contra el Eibar cuando se pudo cerrar el partido en la primera mitad, el del Osasuna o el 2-0 desaprovechado contra el Betis.

Muchos puntos que se han ido quedando en la cuneta y que sin duda hoy harían que la Real estuviera en posición de Champions. No es que sea un objetivo ni demasiado ambicioso, ni que nos vaya a despistar de la final de Copa, ni nada. Está a tres puntos del Sevilla y los de Lopetegui tienen que pasar por Anoeta. Los jugadores y lo que plantea sobre el césped el conjunto guipuzcoano hacen pensar que se puede pelear con todas las de la ley.

La escuadra txuri-urdin sube su punto 45 al casillero y le mete ocho de distancia al séptimo, el Villarreal. Hoy si el Alavés le amarga la noche al Betis, la Real habrá redondeado una gran jornada. A pesar de haber errado un montón de ocasiones.

La camiseta que rompió Mikel Oyarzabal simboliza el grito de rabia que todos los seguidores blanquiazules exhortaron cuando el capitán falló el penalti. Mikel no nos tenía acostumbrados a errores y no ha hecho gol en tres de sus últimos cuatro lanzamientos. Quizá el que más le ha podido doler al eibartarra fue el que le detuvo Ter Stegen en las semifinales de la Supercopa. Por lo que significó y por cortar su racha.

Después hizo diana contra el Cádiz y ha fallado los dos últimos, en Old Trafford y el de ayer ante el Levante. Ambos de una forma parecida, sin tocar puerta ni guantes de portero. La rabia del capitán y su gesto lo dicen todo. No hay que preocuparse. Oyarzabal es el lanzador oficial y si hay otra pena máxima será él quien ponga el balón en el punto.