Álex Remiro o Mathew Ryan, una pelea más abierta que nunca

Imanol quiere tener a los dos porteros activados. El titular para que no se duerma y el suplente para que no baje los brazos. Es algo lógico que busque elevar la competitividad en el puesto. Así que el jueves en Balaídos dio la titularidad al australiano ante la sorpresa de un Remiro que no presentaba buena cara en Vigo a pesar de que siempre estuvo cerca de su compañero. A nadie le gusta estar en el banquillo y menos cuando eres portero, posición en la que juega uno u otro. No hay término medio.

El caso es que Ryan hizo un partido antológico con hasta cinco intervenciones de mérito sobre las que asentó la Real su victoria. Arrancó el choque desviando un disparo de Denis Suárez, antes del descanso firmó una doble parada determinante a Denis y Mina, luego volvió a responder contra Mina en el primer poste y después del 0-1 salvó el empate en una acción de uno contra uno frente a Aspas. En un campo pesado por la lluvia, su juego con los pies también fue notable, así como varias salidas por arriba. Nadie dudaba de que Remiro iba a ser el portero del derbi, pero el recuerdo de la buena actuación de Ryan ante el Celta estaba ahí.

Casualidad o no, el partido contra el Athletic no arrancó nada bien para el meta de Cascante, que midió mal una salida ante Williams. Aritz acabó salvando un gol cantado en una acción defensiva en la que se arriesgó a cometer penalti a poco que hubiese medido mal su entrada.

Después se asentó y en la segunda parte realizó dos buenas intervenciones. La primera, a un cabezazo de Raúl García ajustado al palo que sacó con solvencia y la segunda a un testarazo de Berenguer a bocajarro en la que se hace grande y le desvía el remate. Una intervención con la que evitó el empate rojiblanco.

Pero en el descuento llegó esa desafortunada acción en la falta de Muniain. En siete días la situación de los dos porteros ha cambiado. Los roles de titular y suplente siguen siendo los mismos pero la distancia entre ambos se ha reducido.

A pesar del error en el derbi, su trayectoria en la Real ha sido notable desde que llegó en verano de 2019. El club llevaba tiempo detrás de él, desde la época de Loren cuando jugaba en el Huesca, y Olabe pudo echarle el guante cuando se negó a renovar con el Athletic. Imanol le protegió en el inicio de la 19/20 manteniéndolo a la sombra de Moyá hasta que le hizo debutar contra el Alavés en Anoeta el 26 de septiembre de 2019. Desde entonces se ha erigido en el guardián del arco blanquiazul, aunque tras el confinamiento también pasó por el banquillo algunos partidos.

Su precisión con los pies es clave para un equipo que inicia el juego desde atrás, ya que es muy hábil conectando con el compañero que queda libre cuando el rival presiona alto. Ahora mismo, con un 90% de acierto en el pase, no hay en la Liga un portero con mejores golpeos.

Bajo palos tampoco ha cometido grandes fallos en estos más de dos años. Se tragó una falta de Vadillo en Granada en la 19/20 y la del domingo con Muniain. Luego habrá habido goles en los que podría haber hecho más, pero en general ha dado mucho más de lo que ha quitado. En la misma final de La Cartuja realizó una gran intervención a disparo de Iñigo en la que rectificando hacia atrás prolongó el balón por encima del larguero en una acción de gran complejidad técnica.

En esta temporada se le ha visto un mayor atrevimiento y soltura en el juego aéreo, la faceta en la que más puede mejorar. Contra el Athletic, uno de los rivales más exigentes por arriba, no anduvo mal en distintas faltas laterales y córners. Contar con un guardameta así por el que no hubo que pagar traspaso es un lujo para la Real.

En verano Olabe habló con Moyá para exponerle su situación. Querían un portero que pudiera competir con intensidad en el día a día de Zubieta con Remiro y entendían que el balear no daba con ese perfil. En el mercado se fichó a Ryan del Brighton en un acuerdo que no recogía cantidad de traspaso fija más allá de una serie de incentivos por objetivos.

A sus 29 años es internacional con Australia, con el que jugó los mundiales de 2014 y 2018, y vino avalado por su paso por clubes como el Brujas, el Valencia, el Genk, el Brighton y el Arsenal, en el que estuvo cedido hasta junio para competir con Leno.

En Valencia jugó 21 encuentros entre Liga, Copa, Champions y Europa League, pero su mejor etapa la vivió en el Brighton a partir de 2017, cuando fue indiscutible durante tres temporadas. El equipo blanquiazul se mantuvo en la Premier con Ryan como uno de sus jugadores más destacados. Pero el año pasado Graham Potter lo relegó al banquillo, fue cedido en el mercado de invierno al Arsenal y en verano decidió salir a la Real.

Semejante trayectoria y el partido de Vigo son suficiente tarjeta de presentación como para discutirle el puesto a Remiro. Un equipo con aspiraciones importantes debe tener dos porteros de garantías preparados para jugar y la Real cuenta con ellos. A partir de ahí que cada uno se gane los minutos en el campo. Bendito problema el que tiene que gestionar Imanol.