La Real regresa a casa con un empate en el Bernabéu, un punto que hace justicia al buen hacer de los jugadores durante todo el ... partido. Y lo hace satisfecha porque es un buen resultado. Los blanquiazules llevan sin perder desde octubre, cuando cayeron en Anoeta ante el Betis, pero, juegue quien juegue, muestra su identidad, da igual ante un equipo grande como el Real Madrid, como ante otro de menor nivel.
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Los primeros quince minutos han sido muy igualados, ambos equipos se tenían respeto y la Real ha tenido dos ocasiones ante la portería de Courtois. La primera en las botas de Shorlot y la segunda de Illarramendi, pero ambas no acabaron en gol. La presión alta diseñada por Imanol estaba dando sus frutos, no dejando jugar con comodidad al rival. El Real Madrid no encontraba huecos para desplegar su juego. Estaba atenazado. Los marcajes estaban bien definidos, los cuatro defensas realistas emparejados con el ataque madridista, pero a medida que pasaban los minutos el Real Madrid ha comenzado a tener más el balón. Las llegadas al área contraria eran más frecuentes, metiendo a la Real en su propio campo. Vinicius ha hecho gala de su velocidad, al igual que Rodrigo y Benzema. El desgaste físico era muy grande porque había que estar atentos a cualquier jugada, a cualquier rechace que pudiera crearle peligro a Remiro. La Real ha sabido aguantar hasta el descanso, pese a que el dominio del Real Madrid. Lo mejor ha sido el 0-0 inicial.
Los jóvenes, que hasta hace poco estaban en otra categoría, han demostrado madurez, valentía y ambición
En la reanudación, Shorlot ha tenido otra ocasión, pero su disparo se ha marchado desviado. Imanol ha dado entrada a Rober Navarro buscando más profundidad en ataque y el equipo se ha estirado en busca del gol. Luego se ha visto obligado a contar con Olasagasti por la lesión de Aritz, cambiando el dibujo colocando a Zubimendi de central y a Zubeldia de lateral derecho. Cuando recuperaba el balón, la Real transitaba con rapidez.
Aunque el Real Madrid ha tenido sus ocasiones, porque jugaba a otro ritmo, Remiro ha estado de diez y el equipo ha sabido jugarle de tú a tú en su campo, cosa que pocos pueden hacerlo. Y en los últimos minutos los jóvenes, que hasta hace poco estaban en otra categoría, han demostrado madurez, valentía, agresividad y ambición. Para nada estaban acomplejados. Al contrario, están llamando a la puerta de la titularidad. La cantera sigue dando sus frutos y ha colaborado en el partidazo que ha cuajado el equipo en todas sus líneas ante un rival que no ha regalado nada.
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