Éste también era un derbi...

Como tengamos que vivir toda la Liga de lo que hicimos dos meses, mal vamos. Porque esas

Esta vez ni siquiera sirve la excusa del cansancio y la acumulación de esfuerzos. Porque es cierto que en esos tres partidos mencionados veníamos de jugar entre semanas y el rival, no. Pero ahora ni eso. Osasuna había jugado el mismo jueves, igual que la Real, dos horas más tarde si me apuran, y encima tiene eliminatoria de Copa el miércoles, ronda de la que estamos exentos. Pero ya hemos visto para qué nos ha servido...

Con todo, hay algo más preocupante, que es observar el estado físico del equipo. Los que están bien corren mucho, sí, pero juegas la última media hora de este domingo

Y ojo, que soy crítico respondiendo al mensaje de ambición lanzado desde el club, empezando por el propio Imanol, que hablaba de dar un salto de calidad esta temporada. Y lo hemos hecho de sobresaliente los dos primeros meses, de aprobado raspado en diciembre y las señales de cara al futuro no son buenas. No porque no haya mimbres ni una buena idea de juego, sino porque corremos el riesgo de gripar el motor a mitad de la carrera.

La alineación inicial ya barruntaba curvas. El

Ello conllevó cambiar toda la defensa, porque rompió la pareja Le Normand-Zubeldia en el eje de la zaga, se quedó sin Gorosabel en la derecha y, encima, se le cayó a última hora Monreal.

Porque a una retaguardia cogida entre alfileres se le añadió un cambio de sistema en el que, además, sus mejores hombres actuaron fuera de su sitio. Portu pasó de la banda a segundo delantero, donde no olió una por dentro.

En jugadas así uno se da cuenta de la diferencia de tensión entre el derbi del jueves y jugar ante Osasuna. En San Mamés no voló una mosca por el área txuri-urdin. Concentración total, dominio en duelos y juego aéreo y rigor defensivo. Esta vez, un regalo por falta de tensión y dos puntos a la basura. La Real de toda la vida, vamos.

En ventaja, el cuadro rojillo podía explotar mejor su excelente planteamiento sin balón. Posicionado en un 1-4-5-1, con las líneas juntas y un bloque medio-bajo, la Real no le hacía ni cosquillas porque no tenía bandas, juego interior ni salida de balón. A la media hora Imanol se dio cuenta de que aquello no conducía a ningún lado y ordenó mejor a los suyos. Volvió al dibujo habitual, sacó a Portu a banda, Barrenetxea pasó a la izquierda y Oyarzabal se metió por dentro para intentar surtir algún balón al espacio.

La primera parte acabó con un gol anulado por claro fuera de juego a Portu en un balón colgado al área por Zubeldia y dejado de sutil toque por Willian José. Y la segunda arrancó con una jugada de la Real de octubre:

Porque ni remontada, ni reacción, ni nada de nada. Oyarzabal y Portu generaban algo por la derecha -éste estrelló un centro en el larguero- y Barrenetxea se mostraba juguetón en la banda contraria. Estando Osasuna en una situación tan necesitada, uno pensaba que con eso pudiera bastar para ganar.

Pero en el minuto 65 Imanol retiró a Portu y Oyarzabal y ahí se acabó todo. Antes Willian José se había ido para dar entrada a Bautista, el único que sí tuvo intensidad de derbi. El del jueves, claro, no el de este domingo. La cosa es que la Real terminó irreconocible. Si hasta entró Gorosabel para jugar de extremo...

Una cosa es tener plantilla y otra juntar a todos los meritorios a la vez, porque te sale la torta un pan. Si de lo que se trataba era de ganar, claro. Porque a los chavales tampoco les puedes pedir más.

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