¿Dónde se dejó la Real Sociedad el buen fútbol?
Las lesiones, el cansancio y el estrés emocional tras la Copa han hecho que el cuadro blanquiazul lleve dos meses sin ofrecer su mejor versión con balón
Ni el más pesimista de los aficionados esperaba un desenlace semejante en la visita a un Huesca que era el segundo peor local y que ... en su casa solo había ganado al Alavés, al Granada y al Elche. Además, venía de perder tres partidos seguidos que le habían condenado a la penúltima posición. Pero dio todo igual porque la Real Sociedad ofreció su peor versión y no puede poner ninguna excusa a la derrota.
Publicidad
En sala de prensa se mostró enfadado Imanol cuando un compañero le preguntó si el equipo había jugado andando. No se trataba de menospreciar a unos jugadores que tanto nos han dado sino de la sensación que muchos tuvieron al ver el partido. En ocasiones se nos acusa de resultadistas, y es evidente que las valoraciones se hacen bajo el prisma de los puntos sumados, pero lo que no se puede contar es lo que no se ve.
Hace año, cuando la Real perdió en Anoeta 2-3 ante el Granada y quedaba virtualmente fuera de Europa, recuerdo que titulé mi crónica 'Orgullo en la decepción' destacando su buen fúbol. También las circunstancias eran adversas, con un carro de lesionados y los jugadores que no podían con las botas, pero tuvieron arrestos para ser reconocibles y fieles a su idea. Después, cuando todo parecía perdido, cinco puntos ante Villarreal, Sevilla y Atlético obraron el milagro y se alcanzó el billete continental.
Ahora, a pesar de este resultado adverso, el objetivo está más cerca que después de aquella derrota contra el Granada porque es quinta a falta de cuatro jornadas y tiene un buen calendario. Pero las sensaciones que deja su juego no son tan buena como entonces. En realidad, ¿dónde se ha dejado la Real Sociedad su buen fútbol?
Publicidad
Un arranque mágico. Su inicio de temporada fue sensacional y es imposible tomarlo como referencia. En la décima jornada, después de ganar el 22 de noviembre en Cádiz, era segunda a un punto del Atlético con tres de ventaja sobre el Real Madrid y seis con el Barcelona. Siete victorias y dos empates le contemplaban. En Europa también había ganado al Rijeka fuera y al AZ Alkmaar en casa. Pero fue lesionarse David Silva y todo cambió.
En los siguientes dos meses solo ganó dos de sus 17 partidos oficiales, en San Mamés en Liga y en Córdoba en la Copa. Aquí hubo muchos empates de mérito como los de Alkmaar y Nápoles en Europa, los dos frente al Villarreal en Liga o el de la Supercopa contra el Barcelona. Pero aunque seguía siendo competitiva ganar se convirtió en una quimera en ese tramo.
Publicidad
La explicación para esa mal racha de resultados se ciñó a las lesiones de piezas fundamentales como Silva, Oyarzabal y Aritz y a una carga exagerada de partidos, prácticamente uno cada tres días durante tres meses que restaron chispa al juego blanquiazul.
En febrero vuelve el brillo. Con la vuelta de Silva, el regreso de Illarramendi después de dos años parado, Oyarzabal enchufado después de su lesión y un Isak al que se le caían los goles la Real Sociedad se reconcilió con las victorias en un febrero brillante solo empañado por la derrota ante el Manchester en Turín (0-4). Quizás hoy, viendo el sopapo que le sacudió el jueves a la Roma (6-2) en semifinales de la Europa League, entendamos mejor la verdadera dimensión de los diablos rojos.
Publicidad
1,25 puntos por partido ha sumado la Real en las últimas 24 jornadas, en las que ha conseguido 7 victorias, 9 empates y 8 derrotas. Su buen hacer en las diez primeras jornadas es lo que le mantiene quinta.
El caso es que 13 puntos en cinco jornadas confirmaron que su mejor fútbol había regresado con goleadas ante Cádiz (4-1) y Alavés (4-0) y dos empates de prestigio en las visitas al Real Madrid y Old Trafford. Pero el 14 de marzo, cuando nos las prometíamos muy felices, una derrota en Granada parecida a la del sábado volvió a meternos en el túnel. Una semana más tarde el Barcelona tomó Anoeta (1-6) pero con la final de Copa encima ambos reveses se atribuyeron a la preparación de una cita de tanta importancia.
La resaca de un título. En Sevilla la Real hizo lo que tenía que hacer para ganar la Copa en un partido que valió por varias temporadas. Con la perspectiva del mes que ha pasado desde entonces el triunfo todavía adquiere aún más valor porque nos hemos dado cuenta cómo estaban piezas claves como Silva, Merino, Oyarzabal, Zubeldia o Monreal, prácticamente cogidos con pinzas, y el partido que hicieron.
Publicidad
El peaje de aquel título y la descompresión psicológica tras una cita tan emotiva han marcado los últimos partidos, en los que la Real ha tenido la habilidad para sumar ocho puntos en seis jornadas. Y eso que Pizarro le robó dos en Mestalla. Aquel fue quizás el día en el que los de Imanol se mostraron más cerca de su mejor imagen, esa que da la sensación que no ofrecen desde hace dos meses con aquella racha que terminó con la victoria ante el Levante (1-0), ajustada en el resultado pero después de generar un sinfín de ocasiones.
Las ausencias de Mikel Merino y David Silva condicionan mucho el rendimiento en el centro del campo, por eso tiene mérito haber llegado hasta aquí con 53 puntos, pero la imagen ofrecida ante Eibar y Huesca, último y penúltimo en la tabla, es lo que más incertidumbre genera. Porque en realidad no hubo tanta diferencia entre un partido y otro.
Noticia Patrocinada
10º estaría en la clasificación parcial de esas 24 jornadas con 30 puntos, solo uno más que Osasuna, por ejemplo, con 30 goles a favor y 31 en contra.
¿Va a ser siempre así? Si finalmente se consigue el billete europeo la temporada será histórica. Por la Copa ganada y porque sería el segundo año seguido en competición continental vía Liga, algo que la Real solo ha logrado dos veces en su historia: allá por los ochenta y en la década pasada con el cuarto y el séptimo puesto en 2013 y 2014. Pero la duda que surge es si afrontar cursos tan cargados va a significar siempre estar tan exprimidos físicamente durante la mayor parte de la temporada.
Decía Merino en una entrevista en este periódico antes de la final de Copa que para muchos era la primera vez que soportaban semejante carga de partidos y que había que hacerse a esa circunstancia. Quizás para el próximo año la Real esté más madura para jugar tres competiciones porque ahora mismo tengo la impresión de que las eliminaciones ante Betis y Manchester fue lo mejor que nos pudo pasar para tener hoy una Copa y ser quintos en la clasificación.
Publicidad
Todos están fundidos en un curso brutal desde el plano físico por las circunstancias de la pandemia pero a pocos veo tan castigados. Y no es una crítica sino una reflexión producto de la observación.
Los que menos han jugado. Analizando el rendimiento de la plantilla poco más se puede pedir a jugadores como Remiro, Le Normand, Merino, Oyarzabal, Isak, Monreal, Gorosabel, Zubeldia o Portu que han aguantando una carga de partidos muy elevada en un calendario comprimido al haber arrancado la temporada un mes más tarde. Y chavales como Zubimendi, Guevara y Aihen han respondido de maravilla cuando se les ha necesitado, formando los dos primeros parte del once con más minutos del curso.
Luego está un grupo al que ha limitado las lesiones encabezado por Silva y Aritz, dos piezas fundamentales que han rendido satisfactoriamente cuando han estado en condiciones pero que se han perdido más partidos de los deseados. Zaldua, por su parte, ha jugado muy poquito.
Publicidad
El partido en Huesca deja dos interrogantes importantes. Uno hace referencia a Adnan Januzaj, quien va camino de cumplir su cuarta temporada con más pena que gloria. Dotado de un talento único y unas condiciones técnicas excelentes la falta de continuidad en el esfuerzo le ha llevado a donde está. A ser el decimosexto jugador en minutos y a no marcar ninguna diferencia.
La otra hace alusión a Jon Guridi. Pocos reparos se pueden poner a la alineación en Huesca pero que el azpeitiarra no saltase al campo después del gran partido que hizo ante el Celta en la segunda altura del centro del campo es, cuando menos, sorprendente. Y en Ipurua fue suplente. Guevara se ha ganado un respeto con su rendimiento esta temporada y Oyarzabal es una buena alternativa para la mediapunta en ausencia de Carlos Fernández y Silva. Pero parece que Guridi es la pieza que mejor encaja de interior izquierdo sin Merino y prescindir de él con un grupo tan fatigado parece un lujo.
Publicidad
Las claves
-
Piernas frescas. El regreso de Silva y piezas como Carlos Fernándezy Barrenetxea tienen que ser claves en el sprint final
-
Baja de Merino. Guridi es su relevo natural en la segunda altura pero solo ha jugado ahí el otro día ante el Celta en 6 meses
-
Januzaj. El belga es el decimosexto en minutos pero no marca diferencias pese a que tendría que estar más fresco
Hombres como Barrenetxea y Carlos Fernández también tienen que ser decisivos en estos cuatro partidos finales. Llegan con menos kilómetros en las piernas y con la cabeza fresca, por lo que tendrán que tirar del carro. Cualquier ayuda será bienvenida para acercar a la Real a su mejor fútbol, aquel que se dejó en Granada una tarde de marzo.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión