Real Sociedad - Celta: duelo entre almas gemelas

Una mirada en el espejo vigués permite valorar las dos Ligas y tres Copas conseguidas por la Real a lo largo de su andadura. Éxitos con los que han soñado a orillas del Atlántico varias veces pero que nunca han llegado. Porque ser campeón es muy difícil cuando no vas respaldado por presupuestos millonarios. En 1994 perdió una Copa en los penaltis en el Calderón y en 2001 se dejó otra en La Cartuja, ambas contra el mismo verdugo, el Zaragoza. En 2000 ganó una de las tres finales de la Intertoto al Zenit San Petersburgo -las otras dos fueron para el Udinese y Stuttgart-, aquella competición que se hacía en verano para otorgar tres billetes para la UEFA.

Blanquiazules y celestes son el vivo ejemplo de que los aspirantes pueden volar alto cuando hacen las cosas bien. Ahora que doce ricos de Europa han tratado de cercenar las posibilidades del resto, habría que recordarles que en la temporada 03/04 ambos jugaron la Champions representando a la Liga junto a Real Madrid y Deportivo. Pasaron la fase de grupos y pelearon duro después frente a Olympique de Lyon y Arsenal. Fue un bonito sueño que será recordado por siempre por sus aficionados. El Barcelona tuvo que jugar la UEFA y cayó en octavos contra el Celtic de Glasgow. Eran tiempos en los que había que ganarse el pan sobre el campo.

Real y Celta también lloraron juntos. En 2007 se fueron de la mano a Segunda como consecuencia de una nefasta gestión deportiva que derivó en una grave crisis económica que amenazó su existencia. Ambos se acogieron al proceso concursal para afrontar los 40 y 70 millones que debían, que acabaron de saldar hace cinco años. Les tocó reinventarse, empezar de nuevo y apostar por la cantera para recuperar el esplendor del pasado.

En 2010 Anoeta celebró el retorno a Primera contra un Celta que tardaría dos años más en codearse con los grandes. Además de una apuesta decidida por la gente de casa, ambos recurrieron al buen fútbol para hacerse un sitio en el campeonato. En Gipuzkoa de la mano de Montanier para jugar la Champions en la 13/14 y en Vigo con Luis Enrique y Berizzo, quien le devolvió a Europa en 2016. La campaña 16/17 fue histórica en Balaídos, al alcanzar las semifinales tanto en Copa como en la Europa League. En su aventura por el continente superó un grupo en el que estaban Ajax, Panathinaikos y Standard de Lieja y en los cruces apeó al Shakhtar Donetsk, Krasnodar y Genk. Cayó ante el Manchester en Old Trafford quedándose a un solo gol de la gran final.

En las últimas temporadas la Real Sociedad ha dado continuidad a una trayectoria ascendente que ha incluido tres clasificaciones para Europa League y la reciente conquista de la Copa, mientras que el Celta ha peleado por la permanencia los dos últimos años, más por inestabilidad en el banquillo que por falta de plantilla.

Además del gusto por el buen juego y la complicidad entre sus aficiones, lo que les une a ambos es la calidad de los futbolistas que salen de sus academias. En la Real 17 jugadores de la plantilla han dado el salto desde el Sanse con Oyarzabal, Zubeldia, Gorosabel, Le Normand, Guevara, Zubimendi y Barrenetxea como exponentes de la última gran generación. Iago Aspas es el líder en el Celta del grupo de casa formado, entre otros, por los Hugo Mallo, Brais Méndez, Denis Suárez, Kevin Vázquez, Iván Villar, Rubén Blanco y compañía.

Esa estabilidad deportiva, social y económica que da la cantera también se ha visto reforzada por rentables traspasos. En Vigo sacaron el pasado verano a Lobotka al Nápoles por 22 millones, que les había costado cinco, mientras que aquí Llorente marchó al Leeds por 21 millones, dejando una plusvalía de once.

Hoy el Celta necesita la victoria para apurar sus últimas esperanzas europeas y ponerse a seis puntos de una Real que quiere aprovechar los pinchazos de Villarreal y Betis para dar un puñetazo encima de la mesa. Aunque ojo, porque el cuadro vigués ha logrado tres triunfos y un empate en sus seis últimas visitas.