Real Sociedad: apuntes de futuro

Uno grupal es entender por qué la Real Sociedad, que cada año se mejora a sí misma, sigue teniendo desconexiones importantes ante los grandes. Partidos en los pierde la cabeza. En la primera media hora ante el Atlético temí que sucediera un episodio parecido al vivido contra el Manchester en Turín (0-4) o el Barcelona en Anoeta (1-6). Afortunadamente Suárez no tuvo su día, perdonó y el cuadro txuri-urdin recuperó terreno después. Pero por momentos recordó a ese equipo que desaparece del campo en día puntuales ante rivales de más enjundia y que no encuentra suelo.

Pacheco aprieta a Sagnan. Es la primera interrogante que deja el partido en clave de futuro. Confieso que lo que he visto a Modibo Sagnan me ha causado buena impresión. Sin tener continuidad y en situaciones adversas rindió bien en Europa ante Nápoles, AZ Alkmaar y Manchester en Old Trafford. En estos dos años ha experimentado una notable progresión y posee unas cualidades en físico y envergadura únicas en la plantilla. Es ganador en duelos, tiene una buena zurda para iniciación y su mejora guardará relación con la comprensión del juego.

En el Wanda estuvo mal, pero su actuación tuvo más que ver con la desorganización colectiva que con un desacierto individual. En condiciones normales tendría que haber jugado con Monreal y Oyarzabal en la banda izquierda y Merino por delante de interior. Sin embargo ese triángulo lo formaron un Monreal febril, Barrenetxea de extremo y Oyarzabal de interior. Por ahí la liaron Llorente, Correa y Suárez para enfrentarse al eslabón más débil de la cadena. Pero a sus 22 años me parece un central interesante para el futuro.

La cuestión es que Jon Pacheco, dos años más joven, es una de las joyas de Zubieta, juega en su misma posición y también es zurdo. Le falta el empaque del francés en lo físico pero tiene una mayor cultura táctica y es más rápido en distancias cortas, tanto de cabeza como con el pie. Su media hora en el Wanda demostró que está preparado para dar el salto al primer equipo.

Llegados a este punto, y con Aritz, Zubeldia y Le Normand como centrales fijos, la lógica invita a pensar que cinco serían demasiados, así que entre Pacheco y Sagan sobraría uno. Si el francés ha jugado poco este curso, con el navarro presente su concurso sería testimonial. Así que habrá que trabajar fuerte en verano para encontrar la mejor solución para todos. Bendito problema.

Jon Guridi y Martin Merquelanz. Ambos regresaron juntos del Mirandés y a los dos, lastrados por lesiones en varios momentos de la temporada, les ha costado su estreno en Primera. Guridi, que ha superado la barrera de los 1.000 minutos, es el que mejor lo ha llevado. Empezó como sustituto de Merino en la posición de interior izquierdo, luego aprovechó la baja de Silva para aparecer en la tercera altura y en este tramo final ha vuelto a recuperar protagonismo con tres titularidades en cinco partidos. Es un jugador con una resistencia espectacular, criterio de juego y polivalente. Con todos en forma seguramente no será titular pero en otra temporada cargada como la que viene es una pieza indispensable para mantener el nivel cuando la fatiga se acumule. La Real Sociedad debería atar pronto su futuro porque no le puede dejar marchar, por mucho que en el centro del campo venga pisando fuerte un chaval como Turrientes.

A Merquelanz se le ha visto poco pero en un rato en el Wanda fue capaz de hacer mucho daño en la izquierda. No hay muchos en la plantilla que abran el campo como él, tanto por habilidad en el regate como por capacidad para centrar. Solo ha jugado cuatro partidos de titular pero todos ellos completos. Transmite la sensación de que no termina de creérselo pero quizás Imanol tampoco acabe de confiar en él. Ha sido desde siempre un futbolista especial, talentoso, y las dos lesiones de rodilla han endurecido su carácter.

De los hombres de arriba es el único que está con el gancho, porque Oyarzabal, Isak, Portu, Carlos Fernández y Barrenetxea ya tienen un estatus. Su suerte puede ir ligada al futuro de Adnan Januzaj, al que solo le queda un año de contrato. Sin el belga se le abriría un hueco y la oportunidad de demostrar todo lo que exhibió el año pasado en Segunda División, donde fue junto con Stuani el futbolista más desequilibrante de la categoría.

Roberto López tiene que jugar. El maño tampoco ha tenido mucha participación este curso pero unos minutos ante el Atlético le bastaron para dar un buen servicio a Portu en la jugada que acabó en el poste. Y contra el Athletic en Liga fue el revulsivo en el tramo final del partido. Sin apenas jugar ha marcado tres goles en la Liga y eso no lo hace cualquiera. Con David Silva por delante lo tiene difícil y cuando el canario ha faltado Imanol se ha decantado por otras opciones como Guridi, Oyarzabal o Carlos Fernández.

Fue el único al que la Real Sociedad estuvo abierta en el mercado de invierno para dejarle salir y que gozara de minutos en la segunda parte de la temporada, pero prefirió seguir dentro de un grupo que le ha permitido levantar la Copa. En verano será otro de los jugadores sobre los que habrá que tomar una decisión, porque disputar 500 minutos con 21 años se antoja muy poco. Quedan diez días para que acabe la Liga y el futuro ya está aquí.