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La Real Sociedad se queda helada en Pilsen
Un fallo de Remiro y un rebote condenan a un equipo que no se termina de hacer a Europa pese a volver a ser mejor que el rival
Esto es Europa y el Viktoria no era el Maccabi. Los checos hacían pocas cosas bien, pero las armas que tenían las ejecutaban a las ... mil maravillas. La Real Sociedad perdió un partido en el que el Pilsen solo hizo dos jugadas aisladas en ataque, suficientes para dejar helado al equipo y a los más de 800 aficionados que llenaron la grada visitante del Doosan Arena. En el primer tanto falla Remiro, en el segundo Vasulin mete el pie con intención pero casi sin querer para desviar un disparo de Kalvach. Los realistas son ahora mismo el primer equipo que quedaría eliminado y el objetivo es ya entrar en el playoff teniendo en cuenta que hay que jugar contra Ajax y Lazio. Jarro de agua fría, como los tres grados que hizo este jueves en Pilsen. Si el equipo despegó en Belgrado, ahora tocan turbulencias en la vuelta de la República Checa.
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Imanol había dejado en la previa dos cosas claras sobre el Pilsen. Que cuando se cierran atrás son un equipo rocoso y que cuando se adelantan en el marcador son aún más poderosos. Tras tres situaciones claras de peligro con buenos centros de López y Oyarzabal en los que no atinaron Óskarsson, Kubo y Sucic, el Pilsen hizo lo que mejor sabe. Robar, correr y ser vertical. No había comenzado mal la Real, pero esto es Europa, competición que te exige estar concentrado siempre. Un despiste y te toca remar. Aramburu fue al suelo, perdió la bola y el sitio, Sulc encontró en su espacio a Prince que superó con un remate escorado y lejano a Remiro en el primer palo. Mal el portero en un disparo que nunca te pueden marcar por ese lado. Si te la clavan por el contrario, le aplaudes, pero la jugada no es tan clara como para que la Real empezase perdiendo.
Se le apareció al equipo el peor escenario posible, un Pilsen con tres centrales y un equipo replegado en 20 metros pero que también era capaz de picar al espacio. Aquí hubiesen venido de perlas futbolistas de talla mundial como Silva u Odegaard. Pero esta Real es otra cosa. Sucic y Gómez cuajaron un buen primer tiempo, sobre todo el croata en la conducción. Abarcó campo y lanzó cuando tuvo espacio a Kubo y Oyarzabal. Tardó el equipo en asomar a la puerta de Jedlika, pero cuando menos se esperaba vino el empate por cabezonería de Oyarzabal. López se internó pisando área, Zubimendi reinició el juego en banda izquierda y Oyarzabal, en estático, encaró a Paluska para poner un caramelo de gol a Óskarsson, que marcó en una jugada de puro nueve. Incrustado entre centrales, giró el cuello para cabecear al palo contrario. Zamora buscaba a Satrus en la grada para darle un abrazo. Fue muy superior la Real en el primer asalto ante un Pilsen que renunció a la posesión. No es su fuerte y le da igual. Acariciaron los realistas el segundo tanto antes de marcharse a vestuarios con una falta directa de Oyarzabal y el posterior rechace de Aguerd.
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El propio capitán tuvo una más clara gracias a una diagonal de videojuego de Zubeldia que le plantó delante de Jedlika. El control del '10' se fue largo en otra buena acción ofensiva txuri-urdin. Como tantas y tantas veces, el resultado al descanso era corto para lo visto sobre el tapete. Los checos solo remataron una vez entre los tres palos.
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Una pérdida y un rebote
No tuvo la Real tantas ocasiones claras en la segunda mitad pese a que fue el equipo que más lo intentó. Ambos bajaron las revoluciones, en algo que no interesaba a los de Imanol, con bastante más calidad que los checos. El Pilsen solo asomaba en acciones aisladas como en una mala salida de Remiro. Prince no acertó en la vaselina. Oyarzabal y Sucic corrían al espacio y el capitán tuvo dos remates, el primero atrapado por Jedlika y el segundo repelido por Cadu. El punto tampoco sacaba de pobre a la Real, pero la derrota le condena a pensar únicamente en pasar de fase. No hacerlo sería un golpetazo tremendo con la plantilla que tiene la Real.
Es una pena lo que le sucedió a Óskarsson, que hizo todo prácticamente bien salvo la pérdida del 2-1. El Pilsen corrió con Souare, Kalvach remató desde la frontal el cuero suelto y Vasulin, que acaba de entrar, puso el pie para desviar el chut y pillar a contrapié a Remiro. Una lástima, pero de nuevo errores vuelven a condenar a una Real que fue mejor pero volvió a perdonar. Óskarsson tuvo en el descuento el empate, pero si en el 1-1 marcó un golazo de cabeza luego no aprovechó un centro de Becker rematando casi con la chepa. Frío, en Europa siempre hace mucho frío.
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