Posesión sin mucho remate

Los de Machín optaron por un juego directo hacia sus puntas para evitar esa presión a la siempre someten los txuri-urdin. A partir del veinticinco, los donostiarras se hacen con la posesión pero tampoco generan muchas ocasiones claras de gol. Eso sí, los locales debieron quedarse antes con diez porque la entrada a Portu de Lejeune, para mí, era de roja directa. Al final, Gorosabel, Merquelanz y el pripio Portu por banda derecha eran los más destacados al descanso en el equipo de Imanol.

En la segunda parte la Real empezó más o menos con la misma idea. En el minuto 54 la tuvo Isak tras un buen centro de Martin pero volvió a aparecer Pacheco minutos antes de la expulsión de Battaglia. Intuyo que por decir algo grave al colegiado pero imperdonable en un jugador de esas características. Eso provoca un desorden a Machín en el esquema de juego por no tener recambio en esa posición e Imanol buscó sus opciones con los cambios ofensivos. El Alavés pasó a un 5-3-1 que parecía más un entrenamiento de bloque defensivo contra otro ofensivo.

No era fácil entrar y todo se reducía al acierto que pudieras tener en centros laterales. La última la tuvo Willian José con la gran parada final de Pacheco. En definitiva, la última media hora fue de mucha posesión para la Real pero poco más. En este tipo de partidos echo en falta un jugador como Odegaard, quien era capaz de dividir la zona central. Es el tercer partido que los blanquiazules se quedan sin marcar en lo que llevamos de temporada y la sensación es que ayer era un día para ganar y mantener el liderato. Pero ahora toca ya pensar en Nápoles, el partido más importante hasta la fecha.

El cúmulo de partidos se empieza a notar y los más destacados y utilizados son los que están cayendo. La baja de Silva se nota pero no hay excusas. El equipo tiene mimbres para sustituirle y hacer bien las cosas. Por eso es el equipo de moda.