El experimento en el lateral salió rana

Imanol nunca muestra sus cartas en la rueda de prensa previa al partido y el viernes pasado no hizo una excepción. No dio pistas sobre el gran dilema a resolver, el candidato a ocupar el puesto de lateral derecho, aunque sí que deslizó que los jugadores estaban preparados para jugar en diferentes posiciones o sistemas. Si bien comentó que Barrenetxea no llegaba como él hubiera deseado. El donostiarra realizó tan solo dos entrenamientos con el grupo, pero finalmente fue el elegido para el lateral. Ni Zubeldia, ni Aihen, ni Rico.

Pacheta intuía que por ahí podía crear peligro su equipo. Machís es uno de los futbolistas más desequilibrantes de la plantilla blanquivioleta y actúa por ese costado. Contra el Valencia la pasada jornada fue el asistente de Larin en la acción del gol de la victoria y sus compañeros le buscaron constantemente a través de desplazamientos en largo. Ayer igual. Hongla, que hacía su debut como jugador del Valladolid, tardó cuatro minutos en realizar un cambio de orientación para el venezolano. No fue el único. Kike Pérez y Plano, más cercano, también encontraron a Machís por la izquierda para que este encarara a Barrenetxea en el uno contra uno.

Al donostiarra le costaba cambiar la orientación del cuerpo al no estar habituado a defender su espalda en ese tipo de situaciones. Aun así, el canterano sujetó como pudo a su par, aunque la tarjeta amarilla que vio poco antes del descanso le condenó.

Imanol no lo vio claro, o sí, lo vio muy claro, porque cambió al donostiarra al descanso. Pasó a Zubeldia al lateral, pero desvistió la posición de central retrasando a Zubimendi al eje de la zaga. Illarramendi ocupaba de esta manera el pivote. El ajuste en el lateral provocó otros tres movimientos en cadena, porque Brais entraba como interior en la línea de tres en el centro del campo.

Zubeldia no pasó demasiadas penurias para sostener a Machís. El Valladolid no conectó tanto con el venezolano en el segundo acto. La Real, sin embargo, perdió profundidad por la derecha. Barrenetxea sí llegó a amenazar algo por su carril en la primera mitad, pero el equipo perdió esa capacidad con el azkoitiarra.

Por si fuera poco, la Real también perdía contundencia en el eje defensivo, porque Zubimendi, a pesar de estar habituado a incrustarse entre centrales, no llegó a despejar el centro lateral de Luis Pérez que acabó en gol de Larin. No es lo mismo aparecer en ayuda como tercer central que ser el segundo fijo.