Un partido aplazado que se juega 23 días después
El enfrentamiento entre el Eibar y la Real debió disputarse el domingo 16 de febrero pero fue suspendido por el derrumbe que se produjo en el vertedero de Zaldibar, tras el cual el Gobierno Vasco prohibió las actividades deportivas al aire libre por la contaminación ambiental producida al haber una alta concentración de dioxinas.
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El conjunto armero había vendido todo el papel para ese día y esperaba un lleno histórico, animado por el gran momento que atraviesa el conjunto txuri-urdin. Ahora, al jugarse entre semana, el encuentro no ha despertado la misma expectación entre los aficionados, por lo que habrá huecos en los graderíos.
La afición realista no faltará a la cita y estará muy repartida por el recinto eibarrés, más allá de la zona destinada a las entradas que ha vendido directamente la Real Sociedad. A pesar de ser martes, la parroquia local arropará a los suyos al ser consciente de la necesidad que tienen de sumar los tres puntos en el camino hacia la permanencia.
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