La paradoja de Odriozola

La eliminatoria estaba sentenciada y Odriozola solo jugo veinte minutos, suficientes para dar una gran asistencia a Lewandowski, la estrella del Bayern, y el polaco anotara el cuarto gol. «¡Aquí estoy yo!», vino a decir el futbolista de 24 años.

El canterano de Zubieta tiene ahora una oportunidad con la lesión del lateral diestro titular, el francés Pavard. El técnico muniqués no ha confiado mucho en Odriozola y de momento ha apostado por retrasar a Joshua Kimmich para jugar en banda, pero el donostiarra puede tener la oportunidad de participar en esta novedosa fase final de la Champions, arrancando este viernes contra el Barcelona. Aunque no ha jugado mucho en Múnich, ya luce dos titulos en su palmarés, la Bundesliga y la Copa. Y también se le podría adjudicar su cuota en la Liga del Madrid, con el que jugó hasta invierno.

Una entrada a destiempo que le valió la roja en la derrota blanca en Mallorca, el peor partido del Madrid esta Liga, le condenó ante Zidane. Una noche negra de las que marcan, como la que en su día tuvo en Dortmund otro exblanquiazul del Madrid, Asier Illarramendi. Odriozola, que en teoría volverá a Valdebebas cuando acabe la temporada, sigue sin embargo en Champions con la oportunidad de redimirse y volver a ser el lateral derecho que asombró en Anoeta, logró la internacionalidad y fue convocado para el Mundial de Rusia.

El donostiarra, que en unas breves vacaciones se ha dejado ver por el hipódromo de Lasarte, donde uno de sus caballos, su gran pasión, venció una carrera el mes pasado, ha proclamado en público su deseo de regresar algún día a la Real. De momento, viaja a Lisboa con el deseo de revertir por fin su suerte.