Los cinco pecados de David Moyes

No hay entrenador del mundo que sobreviva a los malos resultados. Ni siquiera en el fútbol inglés, tan dado a apoyar proyectos largos en el tiempo, los clubes son proclives a mantener a sus técnicos contra viento y marea salvo contadas excepciones. No hay más que mirar al Liverpool, sin ir más lejos. En la Liga esa impaciencia siempre ha sido más acusada, aunque la Real Sociedad se había librado de ella en los últimos años. Desde que el Consejo dirigido por Aperribay tomó las riendas en 2008 no hubo relevo en plena competición hasta la pasada temporada, cuando David Moyes lo hizo con Arrasate. Hasta entonces Lillo, Lasarte y Montanier, sus predecesores en el cargo, siempre habían llegado a junio. Y Arrasate también lo hizo en la 13/14 merced a unos buenos resultados que incluyeron la clasificación para la fase de grupos de la Champions, una plaza para Europa y las semifinales coperas.

Pero desde hace año y medio la Real no carbura y David Moyes ha sido la segunda víctima que se ha cobrado la irregularidad del equipo. El escocés es un entrenador de prestigio en el fútbol británico pero que, por las razones que sea, no ha sabido dar con la tecla para reactivar a una plantilla que cuenta con un gran potencial que aún tiene que demostrar. Los siguientes serían algunos de los pecados que ha cometido en su año en San Sebastián y que han precipitado el final de su ciclo.