Mikel Oyarzabal se unirá al grupo a primeros de octubre

El eibarrés se lesionó de manera fortuita el 17 de marzo en un entrenamiento en el que se produjo la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. A diferencia de otras ocasiones en las que se esperaba un tiempo antes de pasar por el quirófano para trabajar la musculatura de la zona, esta vez la intervención quirúrgica se realizó a la semana del percance. Los pasos de la recuperación se establecen siempre desde la operación y el realista ha ido cumpliendo escrupulosamente con los plazos establecidos, que marcaban los seis meses como tiempo necesario para volver a trabajar con sus compañeros.

El doctor Mikel Sánchez le sustituyó el ligamento roto por tendones que el jugador tenía alrededor de la rodilla. Esos tendones necesitan tiempo para transformarse en ligamento y es esa transición biológica la que marca el periodo de recuperación del jugador, que no siempre es la misma en todos los pacientes. Oyarzabal se dejó ver a los siete días de ser operado con las muletas en la presentación de la tienda del cocinero del equipo, Jhonny Porto, en compañía de varios jugadores más de la plantilla. El 26 de mayo, dos meses después de pasar por el quirófano, participó en el estadio de Anoeta en un acto con niños junto a Barrenetxea y se le vio también con las muletas. Causó cierta inquietud verle caminar todavía apoyado en ellas, pero lo cierto es que esos dos meses suelen ser el plazo para dejarlas después de una intervención en el ligamento cruzado.

En esas primeras ocho semanas el trabajo fue orientado a recuperar la movilidad articular, primero, y a fortalecer la musculatura de la zona. A partir de ahí se metió en el gimnasio para realizar sesiones de bicicleta acompañadas por la técnica de electroestimulación.

Así se le vio en el Reale Arena el 28 de junio, a los tres meses, en una sesión en la que hizo trabajo de fuerza y alternó las tareas en el gimnasio con paseos por la piscina de Anoeta. Seguramente ha cubierto más kilómetros en la bicicleta estática que Pogacar en el Tour, porque si algo ha puesto en estos meses ha sido dedicación. Pero siempre sin obsesionarse con los plazos.

Ya en verano aceleró su recuperación al empezar a correr, primero ayudado por la máquina antigravedad Alter G, un tapiz rodante que reduce el impacto de la pisada sobre las articulaciones, y después acompañado por un readaptador por el césped de Zubieta a partir de agosto. Bajo el calor que ha hecho en la época estival en Gipuzkoa se ha metido buenas palizas en el verde para sudar y ganar tono físico. El contacto con el balón, con ejercicios individualizados en circuitos de técnica, ha sido la última fase de su recuperación en estos seis primeros meses que deben desembocar en su unión al grupo en el plazo de unos diez días aproximadamente. Aquí ha sido importante comprobar que la rodilla lesionada haya respondido a la perfección al golpe del balón.

A partir de ahora le esperan entre dos y tres meses de trabajo en dinámica de grupo hasta reaparecer. Será Imanol y los servicios médicos los que decidan cuándo se una. En cualquier caso será una incorporación gradual y bajo unas condiciones determinadas. Suele ser común que jueguen como comodines en los ejercicios con un peto diferente para evitar choques peligrosos con otros compañeros. En el séptimo mes tendría que ir ganando protagonismo en los entrenamientos en función de la confianza que adquiera con esa rodilla para, desde ahí, ir igualándose a sus compañeros en ritmo con el reto de regresar a la competición.

En su caso le beneficia el parón por el Mundial, ya que le da dos meses extras para afinar su puesta a punto sin perderse partidos. Evidentemente no estará disponible para jugar estos 13 partidos oficiales que hay antes de la cita de Catar, pero la Liga se detiene entre el 9 de noviembre y el 29 de diciembre y para esta última fecha llevaría ya nueve meses -280 días- desde que fue operado, el plazo estándar para regresar a los terrenos de juego.

En la Real existe la referencia de tres roturas de cruzado en la que sus protagonistas volvieron incluso antes de esos 280 días. Merquelanz, en 2018, reapareció en 235 días; Canales necesitó 256 días en 2016 para regresar y no se ha vuelto a lesionar desde entonces; mientras que Granero tardó 219 en 2014, aunque lo hizo en la última jornada de la 13/14 sabiendo que tenía todo el verano para terminar de afinar su preparación.

Carlos Fernández fue operado el 11 de agosto de 2021 y se reincorporó al grupo el 14 de febrero, recién cumplidos los seis meses. En su caso el final de Liga le cogía con nueve meses desde la operación pero no reapareció porque durante este trabajo con el grupo a máxima intensidad sufrió algunas sobrecargas musculares. Ahora, después de jugar en pretemporada, le ha pasado algo parecido con el último percance que sufrió antes de viajar a Cádiz pero el estado de su rodilla es bueno como se ha podido comprobar esta semana.