Mikel Oyarzabal y David Silva, conexión mágica
La coincidencia de estos dos futbolistas sobre el césped dispara las expectativas de la afición realzale, deseosa de comprobar cómo se entienden dos genios del balón
Dios los cría y ellos se juntan, dice el refrán para hacer referencia a individuos con las mismas inquietudes, características y maneras de entender las ... cosas. En este caso, ha sido la Real el que les ha unido y, a partir de ahí, de la interacción solo se pueden esperar resultados positivos. Mikel Oyarzabal y David Silva compartirán equipo esta temporada formando una sociedad que la afición está deseando ver en acción. Y lo harán en la Real Sociedad cuando muchos hubieran visto más factible la coincidencia en el Manchester City. Por nivel, podía haber sido.
Los dos zurdos interactuarán en el ataque realista -de manera natural en el flanco izquierdo, aunque Silva también está habituado a jugar por la derecha-, formando una dupla difícilmente mejorable en LaLiga. La conexión que pueda haber entre ambos ha disparado la expectación de los realzales y constituye uno de los principales alicientes del inicio de la temporada, aunque la llegada del canario -de vacaciones en su tierra por haber jugado la Champions hasta el pasado sábado- se hará esperar hasta final de mes.
Sus nombres se relacionan con facilidad no solo por la zona de influencia que ocupan sobre el terreno de juego, sino por la clase innata que ambos atesoran, la calidad técnica que destilan y la inteligencia que derrochan a la hora de interpretar el juego. Son dos astros que juegan más con el éxito colectivo en la mente que con el afán de protagonismo, amantes a su vez del fútbol asociativo, lo que invita a la afición a ilusionarse con una complicidad que puede ser fuente de muchas tardes de gloria.
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Ambos se profesan una admiración mutua. Mikel Oyarzabal ha admitido públicamente que Silva era su jugador de referencia en la adolescencia tras conocerle en su periplo en el Eibar. Y semejante piropo en boca de un futbolista del nivel del '10' de la Real no ha pasado inadvertido en un deportista de la humildad de David Silva. Ambos están deseando de asociarse ya sobre el césped. No lo han dicho. Ni falta que hace.
Se conocen de la selección
Los dos portentos del fútbol combinativo han convivido en concentraciones de la selección absoluta, pero nunca han coincidido juntos en el once durante un encuentro. Oyarzabal hizo su debut con la absoluta el 29 de mayo de 2016, en el partido preparatorio para la Eurocopa que España ganó 3-1 contra Bosnia. Jugó la última media hora, sustituyendo a Nolito. Pero para entonces Silva, que partió de titular, ya había sido cambiado por Denis Suárez. Es lo más cerca que han estado de coincidir. Desde entonces, el destino ha esquivado el cruce entre otras cosas porque en agosto de 2018, tras la disputa del Mundial de Rusia, Silva anunció su retirada de la selección, con un balance histórico de 125 partidos y 35 goles. La futura conexión con la camiseta blanquiazul será, por tanto, inédita.
Pocas horas han valido para que el imaginario realzale ya se frote las manos con la presencia de estos dos jugadores al mismo tiempo en el campo. Existe el presagio de que Oyarzabal y Silva puedan reeditar grandes parejas de futbolistas que en el pasado se entendieron a la perfección como Xabi Prieto y Carlos Vela, Karpin y Nihat o Agustín Aranzabal y Javi De Pedro. Es solo un vaticinio, basado en intangibles, pero...
Imanol podrá colocarles en varias posiciones por su polivalencia, aunque lo más previsible es que Oyarzabal siga jugando en banda mientras Silva ocupe posiciones más centradas y se cuele entre líneas para hacer daño tal y como hacía Martin Odegaard. Ahora bien, son perfectamente intercambiables durante el transcurso de un mismo partido, y manejan registros aptos tanto para cuando hay que arriesgar como para cuando conviene mantener posesiones más largas. Los dos jugadores pueden desbordar por banda o colarse por los pasillos interiores. Los dos pueden cambiar de carril para jugar a pie cambiado. Los dos pueden romper al espacio o bajar a recibir para filtrar el último pase. El abanico de opciones que permite su talento es amplio. Pero sobre todo, los dos pueden buscarse el uno al otro para sacar ventaja en determinadas jugadas.
Además, la manera que ambos tienen de entender el fútbol concuerda con el estilo que propugna Imanol Alguacil. El tipo de juego promovido en Zubieta ha sido, de hecho, uno de los atractivos que han pesado en la decisión de Silva a la hora de elegir la Real antes que otros clubes de élite. Y en ese tipo de juego, Oyarzabal es un motor indispensable. Cuando el eibartarra no ha entrado en contacto con el balón, la fluidez no ha sido la misma, ni la sensación de peligro. Tres cuartas partes de lo mismo se puede decir del City o de la selección absoluta cuando el mago canario ha estado ausente sobre el terreno.
Junto a Merino y Merquelanz
Oyarzabal y Silva estarán acompañados en el primer equipo txuri-urdin de otros dos zurdos de oro como son Mikel Merino y Martín Merquelanz. La presencia del navarro en el once será a buen seguro habitual cubriendo las espaldas de la conexión mágica que nos atañe, incluso acompañándola en ataque. Más en el aire queda el encaje que pueda tener el irundarra en el ataque si Oyarzabal y Silva están sobre el césped, aunque también él se amolda a diferentes demarcaciones. En una temporada con cinco competiciones y un calendario concentrado, todas las variantes pueden darse. En la coctelera Imanol deberá introducir también, al menos, a Ander Barrenetxea, Portu y Januzaj.
La posición será el menor problema para jugadores que entienden el fútbol con una perspectiva más amplia que la que pueda tener un futbolista específico. Combine como combine el míster las teclas, Silva y Oyarzabal interpretarán la misma partitura. La de los grandes futbolistas.
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