El triángulo de Zubieta tapa el vacío de Mikel Merino

Los números no engañan. La Real Sociedad ha jugado sin Mikel Merino doce partidos con un balance de seis victorias, tres empates y tres derrotas, dos de ellas por la mínima y perdonables ante Sevilla (1-2) y Atlético (2-1), la tercera, más criticable, contra el Huesca (1-0).

Ha vuelto a ocurrir lo de casi siempre. La baja de uno de esos futbolistas que Imanol Alguacil califica de «diferenciales» ha sido suplida por talentos autóctonos de Zubieta, a quienes precisamente la ausencia de esa figura tan importante les ha hecho crecer y dar un salto hacia su consolidación. El triángulo canterano formado por Martin Zubimendi, Ander Guevara y Jon Guridi ha sido, básicamente, el que ha tapado un agujero por donde podía parecer que se marcharían las opciones europeas de la Real. Se sigue echando de menos al '8' txuri-urdin, pero se puede concluir que ya llueve menos sin Merino.

El 1 de noviembre fue el primer día de clase sin él. Imanol le reservó en el partido de liga de Balaídos, encajado entre dos compromisos europeos contra Nápoles y AZ en Anoeta. Guridi salió en la segunda altura del centro del campo, con Zubimendi de pivote y Silva de enganche. El resultado fue un plácido 1-4 al Celta. En la eliminatoria de dieciseisavos de Copa contra el Córdoba –el día San Sebastián– también descansó. Illarramendi durante la primera parte y Guridi en la segunda ejercieron su rol, con Zubimendi por detrás y Roberto López más adelantado. Otro 0-2 sin apuros.

A partir de ahí, ha sido Guevara el futbolista al que Imanol más ha recurrido para tratar de desempeñar las funciones de Merino. El gasteiztarra se ha habituado a jugar unos metros más adelantado de lo que venía haciendo habitualmente y la Real ha descubierto ahí un relevo de garantías para cuando el navarro no pueda o deba jugar en el futuro. Con Zubimendi consolidado como '4' solvente, sin olvidar a Illarramendi, Guevara ha demostrado poder ser valioso también haciendo de Merino. Lo demostró el 1 de marzo, en la visita a Valdebebas, con Merino cumpliendo sanción. Jugó en ese puesto con Zubimendi más retrasado y Silva en la mediapunta.

Ya después de la final de Copa, con Merino de baja, la falta también de Silva para esa tercera altura llevó a Imanol a variar el sistema. Guevara se repartió el centro del campo con Zubimendi ante el Athletic (1-1) y el Sevilla (1-2), con Urko González de Zárate en Valencia (2-2) y con Guridi en la victoria contra el Celta (2-1), en los cuatro casos con Isak y Carlos Fernández arriba más dos extremos abiertos.

En los últimos cinco compromisos, el equipo ha vuelto al esquema donde encajaba Merino, casi siempre con Guevara adquiriendo su rol. Lo hizo en la victoria contra el Eibar (0-1), las derrotas ante Huesca (1-0) y Atlético (2-1) y el último triunfo contra el Valladolid (4-1). Siempre con Zubimendi cubriéndole las espaldas y Oyarzabal o Silva por delante. La excepción fue el encuentro ante el Elche (2-0), donde retrasó su posición para que Guridi hiciera de Merino.

En definitiva, las distintas soluciones han tenido a Zubimendi, Guevara y Guridi como piezas sustitutas al clásico centro del campo liderado por Merino y el resultado ha sorprendido gratamente. Dos de los tres –Zubimendi y Guevara se perfilan como los elegidos– tendrán que rematar el trabajo mañana en El Sadar, con la previsible incorporación de Silva en la tercera altura. Puede estar Merino tranquilo en las gradas a las que acudía cuando era un crío. Sus compañeros han reaprendido a apañárselas sin él. Sin duda, la asignatura más difícil de este curso.