La mejor medicina

La primera parte fue lo peor de la Real en esta temporada. Nuestros jugadores no entraron convencidos al campo y les pesó el ambiente. El centro del campo no existió, perdieron infinidad de pases y se vieron constantemente superados al estar en inferioridad numérica. Tampoco se tomaron las decisiones más correctas. El primer gol es un ejemplo de lo que digo. Cuando en un centro, o en un córner, un jugador gana el salto al rival y conecta un espléndido cabezazo, se le aplaude y ya está, pero si hay una indecisión, en este caso de Remiro, que primero decide salir y luego recula hacia atrás, y se equivoca, la responsabilidad es del portero. Pero también es verdad que en los últimos partidos e incluso en otras jugadas en Sevilla, ha estado muy bien, con intervenciones en las que ha evitado ocasiones de gol.

El partido lo resolvió el Betis en la primera parte. En la segunda el equipo mejoró y el centro del campo fue reconocible, creando ocasiones incluso para empatar. Los cambios realizados por Imanol tuvieron mucho que ver en esa mejora.

Lo bueno es que, en estos casos, la mejor medicina para superar una derrota así, es tener un partido pronto. Hoy frente al Espanyol la Real puede recuperar la senda de las victorias y volver a ilusionar.

Ahora llegan dos partidos en casa, primero el del Espanyol de hoy y el domingo contra el Mallorca. Son dos choques factibles, de los que se pueden ganar. Es verdad que el Espanyol llega reforzado por la victoria y porque el propietario se ha rascado el bolsillo, con algún fichaje importante, pero bastante tiene ahora con salvarse del descenso. Si la Real vuelve a su buen juego de la primera vuelta, le debe eliminar.

Lo bueno de la jornada es que, a pesar de perder, seguimos en puestos europeos. No echemos por tierra la ilusión de la gente. Sigo pensando que la Real puede dar la campanada en la Copa y también en la Liga, entrando en Europa.