Por mucho que el resultado marque un 2-0 en contra, el análisis del partido refleja que los centrales realistas apagaron las estrellas del ... firmamente parisino. Mbappé y Dembelé no pudieron con Le Normand y Zubeldia por mucho que las portadas reflejen hoy lo contrario. Sobre todo el bretón fue ayer el antihéroe aclamado, el estandarte de lo que significan en la Real el crecimiento y la construcción. No falló ayer el aprendiz de Imanol en el Sanse de Segunda B. El burro convertido en caballo de carreras. El martillo (constante) y el hacha (expeditivo) de la defensa txuri-urdin. Maite maitea.
Ha desarrollado Robin una capacidad de concentración infranqueable que le lleva a poder jugar en el alambre diseñado por Imanol en esa línea defensiva tan adelantada. La televisión se deleitó viendo la carrera de Dembelé que terminó con un disparo al lateral de la red en el minuto 24, pero lo que realmente deberían mostrar es el paso adelante dado por el '24' para dejar al rival en fuera de juego, que es lo que decretó el colegiado con efecto retardado. Tres minutos más tarde repitió el gesto para dejar en posición antirreglamentaria a Mbappé. Y en el 58. El bretón ha aprendido a cortar el cable bueno antes de la detonación en momentos límite. En el minuto 33 aguantó el amago de Mbappé hacia fuera y le esperó en su giro hacia línea de fondo para quitarle límpiamente el balón.
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Su mapa de calor Actuó desde el flanco izquierdo del eje de la zaga empujando constantemente la defensa hacia delante y persiguiendo a los delanteros lejos del área.
Pero además de pericia y lucidez, el central txuri-urdin exhibe contundencia. Que Dembelé sale disparado tras driblar a Barrenetxea y Merino... ahí aparece con su corpulento físico para colocar la señal de stop. Corría el minuto 35 y fue amonestado con una amarilla que pesa como una losa en el Parque de los Príncipes. Pese a ello, en el 41 atropelló a Dembelé en campo contrario para que no se diera la vuelta e iniciara una contra. Duro y listo.
También derrochó amor el día San Valentín con abrazos del oso a Danilo en cada córner. Fue sustituido en el 77 pero dejó un aviso claro a las individualidades del PSG. Hay un modo de apagar las estrellas. Martillo y hacha.
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