La inercia del campeón

No le interesaba un encuentro frenético desde el principio y demostró oficio para dormirlo durante una hora, incluso con un sistema diferente, hasta que en la media hora final recuperó su dibujo, sacó a Januzaj, Portu y Roberto López y cerca estuvo de ganar. Porque es verdad que el Athletic se adelantó en el minuto 84 en una acción de estrategia -cómo no-, pero el tanto llegó justo cuando mejor estaba la Real, que había gozado de dos buenas ocasiones de Portu y Roberto López. Al final éste se sacó de la chistera uno de sus golpeos mágicos y Unai Simón hizo el resto.

Como se preveía Imanol varió la alineación después del peaje físico y emocional de la final de Copa. Con Silva y Merino lesionados, los realistas que acabaron justos en La Cartuja se quedaron en el banquillo, casos de Monreal, Gorosabel y Portu. Saldrían después, pero se ahorraron un buen puñado de minutos.

Con un centro del campo sin Illarramendi, Merino, Silva y Guridi, el técnico optó por disponer de los dos especialistas que le quedaban en esa zona, Zubimendi y Guevara, y cambiar el dibujo a un 1-4-4-2, con una mayor presencia de futbolistas ofensivos, que eran los que tenía más frescos de la plantilla.

Con Remiro bajo los palos, cambió los dos laterales, dando entrada a Aritz por la derecha y Aihen en la izquierda. Zubeldia y Le Normand repitieron como pareja de centrales -espectacular el bretón-, por lo que ese triángulo defensivo que formaron en Sevilla con Zubimendi se mantuvo. En las bandas formaron Barrenetxea, a la derecha, y Oyarzabal en la izquierda, mientras que arriba jugaron juntos Carlos Fernández e Isak, aunque les costó encontrar espacios para romper en profundidad.

Si la Real no tenía mimbres para hacer su juego habitual con hombres que le dieran pausa en el centro del campo la alternativa era disponer de efectivos arriba para ser más verticales y hacer daño al rival en transiciones más rápidas. No se logró del todo.

En el bando contrario Marcelino sorprendió alineando a los mismos de la final de Copa. Desde Bilbao se pensaba que haría cinco o seis cambios pensando en refrescar las piernas y las cabezas, sobre todo teniendo el sábado otro duro partido contra el Alavés. El técnico asturiano debió pensar que así tendrían la oportunidad de lavar la triste imagen en La Cartuja poniendo a los mismos, pero lo que se ganó son las lesiones musculares de Yeray y Yuri. Un grave error de cálculo porque Núñez y Balenziaga, que entraron después, rindieron bastante bien. Y además, le limitó el margen de maniobra en ataque durante el propio partido.

Si el Athletic necesitaba sacarse la espina y exponer algo más desde el inicio, a la Real le convenía un partido más largo con el que pudiera dosificar sus fuerzas y confiar en el arreón final de Portu y Januzaj. Por eso, entre que jugó con un esquema diferente y que había medio equipo de refresco, le costó hilvanar su juego combinativo. Porque su receta pasa por generar desde el centro del campo para llegar en ventaja a la zona de tres cuartos y anoche Isak, Carlos Fernández y Barrenetxea tenían que buscarse más la vida mediante acciones individuales. Así que el primer objetivo era conservar la portería a cero.

El Athletic se insinuaba desde la banda derecha con De Marcos y Berenguer y con la persistencia de Raúl García entre líneas. Un pase por dentro de Berenguer fue rematado desviado por Williams tras atacar la espalda de Le Normand, mientras que dos disparos lejanos de Raúl García se fueron demasiado altos.

Con el paso de los minutos la Real mejoró posicionalmente, fue ganando más balón y quiso profundizar por las bandas con Aihen y Barrenetxea. Sus mejores opciones llegaron en sendos córners cabeceados por Zubimendi. El primero se marchó alto y el segundo acabó en la mano de Yuri, pero Sánchez Martínez no estaba para esas historias. También Barrenetxea lo intentó con dos remates, el primero tras una pérdida de Dani García y el segundo tras un centro de Monreal. Tampoco hallaron puerta.

Antes del descanso Carlos Fernández no pudo enganchar el remate después de un buen control con el pecho dentro del área y otro disparo de Monreal se fue desviado. En la única ocasión en la que el Athletic pudo correr el contragolpe Yuri arrancó, la cedió a Williams pero su pase de gol lo agarró Remiro en una intervención providencial cuando Muniain la iba a empujar.

En la reanudación el cuadro rojiblanco metió por dentro a Muniain, generó alguna superioridad y filtró por la izquierda a Williams para que corriera al espacio. Pero le faltó puntería en el remate en dos buenas opciones. También Berenguer pudo marcar pero se cruzó expeditivo Le Normand.

Imanol sacó a Januzaj, Portu y Roberto López, volvió al 1-4-3-3, con éste de mediapunta, y la Real dominó más el centro del campo. Januzaj sacó la chistera y dos acciones suyas generaron dos claras ocasiones que Portu y Roberto remataron rozando el poste. El partido estaba tomando color txuri-urdin pero una pérdida de Zubimendi lo complicó todo. Hizo falta, le sacaron amarilla, se pierde el partido del domingo y, para colmo de males, al que estaba marcando -Villalibre- cabeceó a la red el envío de Berenguer.

Cuando el pescado parecía vencido un centro-chut de Roberto López cogió altura y sorprendió a un Simón confiado. Justo reparto de puntos en un día en el que fue imposible abstraerse al triunfo de Copa del sábado.