Imanol Alguacil: «La afición sabe que me he dejado la vida por mantener arriba a la Real»

«No me he parado a pensar aún en que es mi último partido en Anoeta, pero al mismo tiempo es difícil quitárselo de encima». A pesar de protagonizar escenas como la de la final de Copa y su ya histórico grito, el Imanol tranquilo y sosegado prefiere estar fuera de los grandes focos y por eso «pedí y dejé claro que quería que fuera un partido más», aunque al final los deseos de Jokin Aperribay de brindarle un homenaje con la entrega de la insignia de oro y brillantes, la máxima distinción que existe en el club, han prevalecido. «Me dijo el presidente que me lo merecía y le respondí que si solo era eso no le iba a decir que no al 'presi', pero ya dije en su momento que no merecía recibir homenajes así».

Esa fue una frase que llamó la atención. ¿Cómo alguien que ha vuelto a ganar un título con la Real, que ha completado cinco clasificaciones europeas consecutivas y que ha reactivado al realismo puede pensar que no merece semejante reconocimiento? «La insignia la tiene que recibir alguien que hace cosas grandes, pero grandes de verdad. Soy el primero que reconozco que he sido parte de esta bonita historia, pero hay más gente que ha trabajado para estar arriba. El presidente lo tenía muy claro, así que no le iba a decir que no. Me siento emocionado». Por lo tanto, y salvo que Imanol Alguacil se venga arriba en caso de victoria, parece poco probable que tome un micrófono y se dirija a la afición.

El oriotarra cogió en 2019 un equipo que no competía en Europa y la campaña que viene tampoco saltará al continente, pero el club que deja Imanol no es para nada el mismo del que tomó las riendas. «Os tocará a vosotros valorarlo», respondió cuándo fue preguntado por cómo ha cambiado la entidad durante su estancia en el primer equipo, pero sí quiso transmitir que «lo que puedo decir es que me he dejado la vida trabajando en el mejor club del mundo, que es el mío».

Por lo tanto, puestos a pensar en lo que ha aportado Imanol, las palabras exigencia y ambición deben de ser las primeras en aparecer. Su Real, excepto estas últimas semanas, siempre ha sido competitiva y el deseo de ganar nunca ha desaparecido. Tampoco hoy, sin nada en juego. «Defendemos el escudo de la Real y es el último partido del equipo en casa ante la afición. Ganar un partido de Liga con la Real siempre es muy importante, me hubiera gustado conseguir la clasificación a Europa, pero ganar delante de los aficionados significa mucho y es algo muy grande». Admitió que a pesar de que la temporada «no ha sido mala, sí lo ha sido esta última parte», y por eso «lo que queremos es ganar, nos lo merecemos todos: los aficionados pero también los jugadores y el staff».

En esa misma línea, añadió que «los jugadores me conocen y quizás el mensaje sobra, porque tanto ellos como yo queremos los seis puntos. Si algo he querido inculcar a los jugadores y al club es la ambición de ganar siempre. Los de mañana -por hoy- son súper importantes porque es el último partido ante nuestra afición, es el último partido mío, el de muchos compañeros del staff y también el de muchos jugadores». Con esa última frase, fue preguntado por si el hecho de que la Real no vaya a jugar Europa la temporada 2025/26 va a condicionar en que las salidas sean más numerosas que las habituales, un factor al que Imanol no le dio demasiada importancia. «No sé si será así, y si lo es no será por no entrar en Europa porque ha habido salidas todos estos años».

De los jugadores, expresó ayer que su anuncio de dejar la Real, a cinco partidos de concluir la temporada, ha provocado un efecto contraproducente en la plantilla. «He aumentado la presión a los jugadores porque sé que ellos querían terminar bien por mí aunque les dijera que no era por mi, sino por el club». En ese sentido, y a pesar de eso, no cree que se haya equivocado en la gestión de los tiempos sobre anunciar su decisión. «Hay muchos entrenadores que no toman la decisión hasta el último momento».

Otro de los aspectos destacados de Imanol ha sido darle a la afición la importancia que merece. El oriotarra tiene cántico y le han dedicado un tifo en el Reale Arena, «muestras de cariño» que no se limitan solo a estas últimas semanas. «El mensaje a la afición es claro, es de agradecimiento. Estos últimos ocho años me he sentido muy querido y eso para mí es lo más grande que uno puede conseguir. Saben que he dado la vida por mantener a la Real arriba y no hay duda de que este último partido será emocionante y especial» a pesar de la situación clasificatoria, un aspecto que «fastidia» pero no evita que se marche «tranquilo» porque «competir en Liga, Copa y Europa League como lo hemos hecho es muy muy complicado».

En Imanol también han sido frecuentes sus mensajes en clave dirigidos a jugadores para darles un toque de atención o incluso a dirigentes, como Olabe o Aperribay, para plasmar la realidad de una determinada situación. Ayer no fue menos y dejó otro mensaje más, el último si no vuelve a recurrir a ese arte en las comparecencias que le restan.

El Girona visita hoy Anoeta, un equipo que maravilló la temporada pasada y que este curso, jugando Champions, está abajo en la clasificación. Lo mismo que el Sevilla -sin jugar Europa- o la propia Real. Los periodistas quisieron conocer las impresiones del técnico sobre esta situación de equipos de nivel europeo sufriendo en la mitad de tabla y Alguacil respondió que «lo que me dice eso es que si te despistas un poquito en pretemporada a la hora de planificar el futuro y la propia pretemporada, puede haber sorpresas».