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La Real disputa este domingo su último partido como local de una temporada en la que por momentos acudir a Anoeta a animar a tu ... equipo se ha convertido en un auténtico suplicio. Ya no tiene opciones de jugar por sexto año consecutivo en Europa por méritos propios. Si bien es cierto que se han celebrado victorias de enjundia ante equipos de entidad como Barcelona, Betis o Villarreal, lo cierto es que salvo que Imanol y sus pupilos lo remedien ante el Girona el equipo puede acabar el curso con más derrotas ligueras que victorias.
De momento, la Real es el decimocuarto mejor local de la Liga a falta de que concluyan las dos últimas fechas de la Liga. Un equipo que tiene aspiraciones europeas debe hacer de su estadio un fortín y lo cierto es que los de Imanol no han sido capaces de hacerse fuertes delante de su gente, algo primordial en cualquier temporada. Si durante los cinco primeros años de Imanol el equipo rival que pisaba Donostia sabía que tenía que sufrir, este curso saltaban al verde de Anoeta sabiendo de que si hacían un par de cosas bien y no cometían errores estarían muy cerca de sacar algo positivo, independientemente de cual fuese el rival. Mañana termina el 'annus horribilis' txuri-urdin como local.
Hasta la fecha la Real ha disputado dieciocho partidos en Anoeta con un bagaje bastante desfavorable como para terminar entre los ocho primeros, y lo cierto es que si no suma puntos terminará en el puesto número doce, muy lejos de los guarismos de otras campañas. La derrota ante el Celta terminó de voltear la balanza: son siete victorias, tres empates y ocho derrotas desde que el Rayo puso una pica en el mes de agosto. «La Liga no empieza hasta que no pase la bandera de La Concha», solía decir Toshack. El problema para esta Real es que se plantó en la regata ya con tres derrotas consecutivas en su feudo. Si la Real no gana al Girona, los números serán más malos que buenos. E incluso sumando los tres puntos, la campaña sale a deber en casa.
Todo se comenzó a torcer al principio del campeonato cuando los realistas perdieron las tres primeras jornadas en casa. Con varios internacionales casi sin pretemporada, tres campeones olímpicos que aterrizaron en Zubieta todavía en chanclas y con los dos fichajes más importantes del verano, el central titular y el delantero que venía a marcar goles recalando en Donostia el 31 de agosto, lo normal es que sucediera lo que pasó. También Zubimendi no estaba en las condiciones necesarias para ser titular en el estreno tras decir «no» al Liverpool. A la Real le costó un mundo comenzar a carburar y pronto se perdieron los primeros puntos. Rayo Vallecano (1-2), Alavés (1-2) y Real Madrid (0-2) se llevaron la victoria de Anoeta sin hacer prácticamente nada. Camello hizo el 0-2 en el 85, Oyarzabal vio la roja ante el Alavés y Villalibre marcó de penalti mientras que el Madrid venció con otros dos penaltis de Mbappé y Vinicius. Era complicado hacerlo peor.
Pese a todo, la Real terminó pisando el acelerador para realizar un buen tramo para concluir la primera vuelta bien posicionada. Fueron las mejores semanas para los aficionados realistas que se acercaban jueves y domingo a Anoeta. Los realistas ganaron a Valencia (3-0), empataron ante el Atlético (1-1) y cayeron ante Osasuna (0-2), pero sumaron tres victorias de muchísimo prestigio. Mordieron el polvo el Barcelona, campeón de liga (1-0) esta semanas después de aquel gol de Becker. Los culés, de la mano de Flick, no han perdido ni un solo partido en 2025 y suman 47 de los últimos 50 puntos. Se fueron de vacío de Anoeta en una bonita noche de fútbol. Del mismo modo también cayeron el finalista de la Conference League, el Betis (2-0), y el Villarreal (1-0), que ahora mismo vuela y que también apunta a jugar la próxima edición de la Champions League. Los de Imanol cerraron los primeros diecinueve partidos apoyándose en Anoeta, que, eso sí, en el segundo tramo final de la temporada volvió a sufrir de lo lindo y es donde se comenzó a perder la posibilidad de competir en Europa.
Se desinfló de manera incomprensible en partidos muy malos ante Getafe, que le pasó por encima con tres goles tras fallos defensivos (0-3) y también perdió ante el Sevilla, que hasta el martes estaba peleando por no descender en una de sus peores temporadas del siglo (0-1). Si esas fueron dolorosas, peores sensaciones dejaron las derrotas ante los dos rivales directos por Europa como Mallorca y Celta.
La Real tocó fondo en uno de los partidos claves del curso, donde si vencía al conjunto bermellón se quedaba de mano y casi dependiendo de sí misma para repetir pasaporte continental. Ahí se comenzó a vislumbrar que a esta Real no le iba a dar para alcanzar el objetivo, opciones que quedaron dilapidadas tras los resultados de la jornada en la que el Atlético pasó por encima del equipo realista. No fue mejor la siguiente comparecencia tras aquella debacle con una derrota ante el Celta, que ya en el minuto 1 se volvió a plantar delante de Remiro sin un solo defensor al lado. Los realistas no merecieron perder porque la segunda mitad sí que fue decente, o al menos bastante mejorada respecto a otras semanas, pero Alfon en dos tiempos y las ocasiones falladas en el segundo acto frente a Guaita hicieron que Europa se alejara de manera definitiva.
La Real suma los peores datos en casa desde que en la temporada 06/07 se marchara al infierno de Segunda División. Aquella temporada, con Lotina en el banquillo, la Real perdió nueve partidos de 18 en Anoeta que le llevaron a perder la categoría. Esta temporada, en cambio, el equipo de Imanol ha caído derrotado ocho veces en liga delante de su gente, dato que se amplía a diez si se cuentan los choques de Europa League y Copa. Nunca antes perdió tanto –diez veces–, aunque es cierto que el dato es engañoso porque nunca antes jugó tanto –57 partidos en una temporada–.
Los txuri-urdin han perdido ante Rayo, Alavés, Real Madrid, Osasuna, Getafe, Sevilla, Mallorca y Celta. Si cae ante el Girona, se igualarán los nueve del curso 06/07. Por comparar los números con Imanol, en la 23/24, 21/22 y 20/21 se perdieron cuatro, mientras que en la 22/23 fueron solo tres. El año de la pandemia, la temporada 19/20, se perdió seis veces. Que la despedida del patrón sea al menos con victoria.
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