Asier Illarramendi está de vuelta

Es más, se le ha visto en una gran condición físicas. Más allá de su innegable calidad con balón, también ha demostrado un punto de frescura que el año pasado no pudo alcanzar, sobre todo cuando le tocó pelear de tú a tú con centrocampistas de equipos europeos que tienen un punto más a nivel condicional.

Imanol ya demostró la pasada campaña que cada vez tiene más registros. La aparición del 1-4-4-2 con rombo y la utilización de cuatro centrocampistas en detrimento de los dos extremos le otorgan a Illarramendi más posibilidades de entrar al once. Hay un jugador más en el centro del campo, si bien la competencia que tiene el mutrikuarra en la zona ancha es altísima. Cuando Imanol proponga dicho esquema durante los encuentros, tres de las cuatro posiciones parecen tener dueño fijo, aunque Illarramendi podría entrar perfectamente en la rotación en las semanas de tres partidos o contra rivales ligueros que a priori tienen menos entidad que los grandes equipos.

Zubimendi apunta a ser el pivote posicional, con Merino en la segunda altura y David Silva en la zona de la mediapunta. Si todos ellos están sanos deberían tener su sitio en el centro del campo, mientras que el capitán pugnaría con Brais Méndez en esa posición de '8'. Tanto en los diez partidos que jugó durante la pasada campaña como en los cuatro amistosos de verano, 'Illarra' ha sido utilizado como volante o interior y no como pivote posicional, lugar donde ha permanecido durante más tiempo a lo largo de su carrera. Esa demarcación parece estar reservada para Zubimendi, que es duda para Cádiz.

El fútbol postpandémico también le echa un cable a Illarramendi. Los cinco cambios que se pueden hacer hoy en día le dan más opciones de poder ingresar en las segundas partes, sabiendo que ahora se pueden utilizar 16 jugadores y no solo 14. El capitán podría ser ese primer cambio que valdría para oxigenar la medular, sin obviar que hay otros canteranos que vienen pisando fuerte.

Asier Illarramendi encara su último año de contrato consciente de que Zubieta viene apretando fuerte desde abajo. La maquinaria que fabrica centrocampistas sigue a pleno rendimiento y hay potrillos del Sanse con serias aspiraciones para ser importantes durante los próximos años. Además, acaban de renovar sus contratos por varias temporadas. La figura que emerge con fuerza es sin duda la de Beñat Turrientes.

El beasaindarra disputó la pasada campaña trece partidos, tres más que el propio Illarramendi, y está llamado a ser un centrocampista vital durante el próximo lustro. Al igual que Illarramendi, el prometedor centrocampista puede participar en las dos primeras alturas del centro del campo, bien como pivote posicional para que inicie la fase ofensiva o bien como interior para que pueda filtrar pases. Otros centrocampistas con proyección como Olasagasti y Urko, recientemente renovados, también esperan su oportunidad.

La mejor noticia para Illarramendi es que todas sus lesiones están ya olvidadas. No tiene dolor de ninguna de ellas y lejos queda aquel febrero de 2019 cuando comenzó su calvario. El mutrikuarra sufrió una rotura de grado 3 en la inserción proximal del músculo aductor largo de la cadera derecha en Mestalla y fue operado en agosto por una fractura a nivel distal en el peroné izquierdo. Presentó una lesión del ligamento deltoideo y de la sindesmosis. En julio de 2020 sufrió una rotura de grado 2 en el aductor de la cadera izquierda y fue operado para reconstruir el aductor derecho. Illarramendi sonríe puesto que lleva todo el 2022 sin molestias ni dolores.