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Dos grados en Anoeta y un frío que pela. Es igual cuando tienes una estrella mundial en tu plantilla. Kubo fue anoche ante el Villarreal ... esa chimenea a la que te arrimas en la casa del pueblo. Gol de crack para subir la temperatura ante un rival directo para no dejar escapar el vagón europeo. La Real termina la primera vuelta séptima con 28 puntos, a solo dos de Mallorca y Villarreal. Una cifra más que interesante teniendo en cuenta todo lo que sucedió en verano, todo lo que costó arrancar y sobre todo perdiendo en Anoeta ante rivales menores como Rayo Vallecano, Alavés y Osasuna. Esta Real no tiene nada que ver con aquella de agosto. Le sigue costando una barbaridad hacer gol, pero también que le superen. Nueva portería a cero para dar un golpe encima de la mesa.
Se empeñaron Tebas y los suyos en fastidiar un duelo más que interesante con un horario lamentable que adultera la Copa, pero este equipo tiene amor propio y regaló una preciosa noche a los 20.855 valientes que se dieron cita en la peor entrada de la historia del Reale Arena. Esta vez da igual, no importa tanto. Los tres puntos se quedan en casa, el domingo el equipo se mide al colista y el jueves vuelve una competición en la que hay un debe en casa. Es imposible arrancar mejor una maratón de partidos decisivos para el devenir de la temporada.
Le costó a la Real entrar en el encuentro ante un Villarreal que llevaba veintiún días sin competir. El submarino acaparó el balón gracias a Parejo y Comesaña, pero el que empezó a conectar por dentro detrás de Zubimendi fue un Gueye omnipresente, capaz de robar y transitar así como de lanzar a Barry. Imanol apostó por Aritz para suplir la baja de Zubeldia por sanción ante una pareja de baile complicada como el francés. 195 centímetros de armario, pero con la agilidad de Baena. Marcelino trató de buscar ese emparejamiento pero el beasaindarra, titular mes y medio después de hacerlo ante el Ajax, estuvo ganador en los duelos.
Real Sociedad
Remiro; Aramburu, Aritz (Pacheco, m.72), Aguerd, Aihen, Zubimendi, Sucic, Brais (Olasagasti, m.72), Kubo (Marín, m.81), Oyarzabal (Óskarsson, min.81) y Sergio Gómez (Barrene, m.61).
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Villarreal
Júnior; Femenía, Foyth, Kambwala, Cardona, Comeseña (Cabanes, m.60), Parejo, Denis Suárez (Gerard Moreno, m.60), Gueye, Baena y Barry.
Gol: 1-0 min 51: golpeo en largo de Oyarzabal, Kubo gana un balón dividido en medio campo a Parejo, regatea a Femenía y supera a Júnior con el interior. Golazo de auténtico crack.
El árbitro: Soto Grado, del comité riojano, asistido en las bandas por Carlos Álvarez y Becerril Gómez. Trujillo Suárez fue el árbitro VAR. Amonestó a Aramburu, Barrenetxea, Aihen y Zubimendi en la Real y a Baena y Foyth en el Villarreal.
Incidencias: 20.855 espectadores en Anoeta, la peor entrada desde la remodelación del estadio. La grada Aitor Zabaleta mostró una pancarta en protesta por los horarios y el fútbol entre semana.
No pasó demasiado en la primera mitad con Remiro y Júnior siendo meros espectadores. Barry lo probó desde lejos, lo mismo hizo Sucic, con idéntico resultado. Sin remates entre los tres palos en un duelo mucho más táctico que eléctrico. Zubimendi tuvo que meter la cabeza para despejar un remate de Kambwala tras un rechace y justo después se zarandeó la Real en la ocasión más clara del primer acto. Un balón suelto en el área fue a parar a los pies de Sucic, que como acostumbra fusiló con potencia.
Con Júnior vencido el cuero terminó impactando en el palo, aunque Soto Grado, que hasta entonces estaba dejando jugar, pitó falta de Brais. En caso de 1-0 la jugada se habría revisado. El choque era más del mes de mayo que de enero, con los dos equipos respetándose mucho. Ninguno quiso arriesgar en la heladora noche donostiarra.
No pudo entrar mejor la Real a la segunda parte. No cambió demasiado el guión de partido, pero la victoria está mucho más cerca cuando cuentas con alguien absolutamente diferencial entre los tuyos. La Real castigó al Villarreal con su propia medicina. Pocos equipos transitan mejor que el submarino. Oyarzabal y Kubo se inventaron de la nada el 1-0 que bien vale tres puntazos. Córner en contra, gol a favor. Mourinho sonríe.
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Beñat Barreto
Bruno Parcero
Un balón suelto tras un rechace terminó con Oyarzabal realizando un pase perfecto al espacio para que Kubo se impusiera a Parejo en la carrera. El de Coslada es un fuera de serie con el balón en los pies, pero no es el más rápido del universo. Con decisión metió la cabeza el nipón para ganar el duelo, momento en el que se disfrazó de Carlos Vela para recordar aquel maravilloso eslalon del mexicano ante el Lyon para sellar el pase a la fase de grupos de la Champions. Femenía le salió a su paso. Mala idea porque quedó ridiculizado con una acción de genio.
El japonés intervino en su país hace poco en los dibujos animados de Doraemon. Su próximo cameo es en Oliver y Benji. Nada que envidiar a Atom, el mago del balón. Caño y pase a la red ante la salida de Júnior. Golazo. Y cuando esta Real se pone en ventaja es muy difícil meterle mano. Gerard y Cardona, con dos remates, pusieron en aprietos a Remiro, que salió valiente a por el último centro al área de Baena. Óskarsson tuvo el segundo, pero éste de momento hace honor a sus raíces escandinavas. Frío como el hielo. No como Kubo.
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