Silva entrega el balón a un compañero ante la presión de Jairo. ARIZMENDI

Física y química

Una Real acertada de cara a gol hace los deberes para mantenerse en la zona noble de la tabla

Aitor López Rekarte

San Sebastián

Lunes, 8 de febrero 2021, 07:14

Fue una jornada en la que unos acostumbrados a poseer y otros con la idea de sorprender desde ubicaciones retrasadas, intentaron protagonizar un partido con ... hambre y sed de victoria. Real Sociedad y Cádiz; modelos contrapuestos y objetivos diferentes. De inicio, el cuadro visitante dejó salir más con balón controlado a Elustondo mientras que ambos equipos aportaban jugadores que reestructuraban su posición como Fali y Zubeldia.

Publicidad

El Cádiz partió con un 1-4-5-1 en defensa que dificultó la progresión por dentro de los donostiarras. Cuando la Real no conquistaba campo contrario, veíamos a Guevara incrustarse entre centrales al tiempo que Illarra caía más entre central y lateral. Circunstancia que cambió al aterrizar en campo rival: Illarra y Guevara hacían más de doble pivote y Merino estiraba mucho más la línea para filtrar balones en zonas intermedias de los gaditanos.

Así, un contratiempo obligó a los foráneos a cambiar a uno de sus jugadores (Jonsson) en el primer tercio de la contienda. Y es que la carga de partidos, unida a la presión por competir para ganar, hacen que simultáneamente caigan jugadores que le dan sentido al juego. Poco después, el VAR empezó a funcionar a todo gas. Oyarzabal se reivindicó en el 23 y ponía a los txuri-urdin por delante de penalti. En primera instancia el árbitro no lo señaló pero fue a revisarlo y rectificó su decisión. Ya con el 2-0, la expulsión de Marcos Mauro puso todo de cara para la parroquia blanquiazul.

El Cádiz es un equipo más predispuesto a correr que a jugar con la gran importancia actual de lo físico

Tras el descanso, Januzaj e Isak destaparon el tarro de las esencias de este deporte. El Cádiz, tocado y hundido. Y a partir de ahí ya parecía hacer leña de árbol caído. Pero no se vayan todavía que aún había más: el gol del Cádiz todavía revolotea por la zona de Amara.

Publicidad

P.D. Dice Seirul-lo (gurú de Guardiola) que: «el físico acaba con el juego». Parece esgrimir que existe un desajuste notable entre esa evolución palpable de la condición física y el devenir del juego. En un claro mensaje cortoplacista, «es más rentable entrenar a los jugadores para correr que para jugar». Entiendo que haya equipos que se han adherido a esta máxima. A estas alturas de la temporada ya nos vamos dando cuenta de lo que supone mantenerse en los puestos nobles de la tabla.

Plantearnos ahora si la plantilla está compensada o no sería como aquel que quiere que le toque la lotería sin comprar el boleto. Si a inicios de la pandemia comentaba que los equipos perdían el presente, ahora, sobre todo en plantillas cortas y sin estructura, los equipos descompensados son los que más están sufriendo. En la Real, como en los demás, se hará justicia.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad