El derbi de los derbis

A este lado de la A-8 nunca nos ha costado reconocer que los partidos ante el Athletic son especiales. Son encuentros en los que el hincha txuri-urdin siente que hay en juego algo más que los tres puntos y siempre es satisfactorio ganar al vecino. No son los derbis sevillanos o madrileños, en los que ambas aficiones comparten ciudad, pero aquí, quien más quien menos, tiene alguna amistad o algún compañero de trabajo en la otra afición. Es por ello que, en el ambiente, existe la sensación de que quien pierda esta Copa pagará también la ronda.

Pero este derbi tan particular llega en un momento en el que las tornas están cambiando, si es que no lo han hecho ya. Aunque en una final poco importa la clasificación y los derbis siempre son partidos más igualados por la tensión, la Real llega por encima en Liga y la tendencia señala que, si terminase así, en cuatro de las últimas cinco competiciones de la regularidad, los blanquiazules habrán finalizado por encima de su rival de La Cartuja, cambiando la dinámica anterior. De los últimos ocho derbis, la Real Sociedad ha ganado seis, empatado uno y perdido otro, en agosto de 2019, cuando Illarramendi cayó lesionado en San Mamés.

En los últimos tiempos, además, Zubieta parece ser un destino tan atractivo o más que Lezama, ya que la Real Sociedad se ha llevado el gato al agua con jugadores que sonaban para el Athletic, como Merino o Monreal. Todavía escuece el 'clausulazo' de Iñigo Martínez, pero Remiro llegó gratis a Donostia tras dejar Bilbao.

Es una pena que esta final sea a puerta cerrada, ya que si algo define a las aficiones de Real Sociedad y Athletic es que ambas saben convivir, con un sano pique, eso sí, en los días de derbi. Sevilla y las gradas de La Cartuja se han perdido a decenas de miles de aficionados vascos que se hubiesen acercado a la ciudad hispalense para disfrutar no sólo del partido, sino de unas jornadas para la historia.

Los aficionados realistas tienen ante sí otro encuentro ante el Athletic que puede suponer el mejor de los recuerdos, como lo fueron, por simbólico, el de 1976 en Atotxa, cuando Kortabarria e Iribar saltaron al césped portando la Ikurriña; el de 1982, por su importancia, ya que los realistas, locales, ganaron su segunda Liga tras batir al Athletic; el de 1995 en Anoeta, con aquella 'manita' y el jolgorio interminable en la grada; o el último del viejo San Mamés, en 2013, con victoria realista. Ahora llega el de La Cartuja, que se presenta sin duda como el derbi de los derbis.