Álex Remiro: «Una final de Copa es ilusión; daría cualquier cosa por ganarla»
Ve la cita de Sevilla en clave de ambición y no de responsabilidad: «Es que es un premio tan grande...»
-Quedan tres semanas para la final. ¿Sensaciones?
-Ilusión. Mucha ilusión multiplicada por cada uno de los 365 días que han pasado esperando esta ... final.
-¿Defina en una frase lo que supone jugar esa final?
-La oportunidad de recoger el premio que merecen el club, la afición y los jugadores que han pasado por aquí durante tantos años. Es tan grande el premio que solo puede generar ilusión y ambición.
-No ganamos un título desde 1987...
-Yo no había nacido, pero ya lo sé. Por eso digo que es ilusión.
-¿También responsabilidad?
-No. Si pensamos en términos de responsabilidad, quizás nos haga no ser tan atrevidos como somos en el campo y eso no nos lo podemos permitir. Porque no seríamos nosotros.
-¿Ya se habla de la final en el vestuario?
-No. No he oído a nadie hablar de ella, ni lo he hecho con ningún compañero. Sabemos que está ahí, no hace falta hablarlo.
-La Real llega en un buen momento. ¿Es una garantía?
-No sé. Es un partido. No sé si influye mucho cómo llegas. Nosotros estamos en el mejor momento de la temporada y con mucha confianza. Jugamos de tú a tú a todos y si alguien nos gana, pues nos ha ganado.
-¿Hay más presión por jugar contra otro equipo vasco?
-No.
-¿Es lo mismo que jugarla ante el Valencia?
-Para los jugadores, sí; aunque evidentemente para los aficionados es muy diferente. Si la ganas, no vas a mirar mucho al rival. Pero si la pierdes, sí puede ser más doloroso para la afición. Es un derbi, eso lo sabemos.
-En su caso, ¿es una final especial por el adversario?
-Sí, pero igual que si jugase contra el Levante o el Huesca, otros equipos en los que he estado a lo largo de mi carrera.
-Pero ha estado muchos años en el Athletic...
-Ya.
-¿Le quedó un regusto amargo por cómo fue su último año allí?
-Estuve diez años y los primeros nueve fueron muy buenos.
-¿Suele ver sus partidos?
-No todos, pero algunos sí. El del Atlético lo vi.
-¿Quién quería que ganase?
-A mí me interesaba que le marcasen a Oblak -risas-. El resto me daba igual. No le tengo rencor al Athletic. Le guardo mucho respeto. Tengo muchos amigos en Bilbao y han sido diez años de mi vida allí.
-Los dos derbis que ha jugado con la Real los ha ganado.
-Guardo buenos recuerdos de ambas victorias, en Anoeta la pasada temporada y en San Mamés el día de Nochevieja.
-¿Qué les ha dado Marcelino?
-No sé. Antes también jugaban bien pero no ganaban. Quizás estaban más replegados y ahora son más ofensivos. El cambio de entrenador siempre te cambia algo la cabeza.
-¿Impone que lleguen con la Supercopa ganada y el billete para la otra final de Copa?
-En absoluto. Nosotros hemos trabajado para estar aquí. Lo que tenemos que hacer es estar concentrados para que nos luzca nuestro trabajo.
-Dicen que el Athletic es más competitivo...
-No estoy de acuerdo. Ser competitivos es una cuestión de actitud. Y si no tenemos actitud en una final de Copa, ya me vas a contar... Se confunde competir con calidad. Nosotros tenemos mucha calidad. Si el Athletic mete goles a balón parado es porque posee buenos lanzadores y buenos rematadores, no porque sepa competir mejor o peor.
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-¿Qué promesa haría si eso le asegura ganar la Copa?
-No sé decirte una, pero daría cualquier cosa por ganar la Copa. Haría lo que fuera.
-¿Una final sin público es una final?
-Es una pena. Pero no solo la final. ¿Cuánto habríamos disfrutado este año en Anoeta? Mi familia venía todos los partidos desde Cascante y se ponía en la esquina de la grada Zabaleta. ¿Tú sabes lo que disfrutaba? Este año nos hemos perdido muchas cosas, no solo la final.
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