Jon Mikel Aramburu, doctorado en marrones
El lateral de la Real Sociedad tuvo que frenar a Bryan Zaragoza, el jugador rojillo más desequilibrante, y cometió un penalti que rectificó el VAR
La vida del lateral derecho es ingrata. Que se le pregunten sino ahora a Lucas Vázquez, que aún trata de entender por donde apareció Raphinha en el cuarto gol azulgrana del Clásico. Lo que va camino de clásico son los emparejamientos de Jon Mikel Aramburu ante contrincantes que suelen ser lo mejor en lo suyo. Correr, regatear, centrar y marcar.
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Justo todo lo que tiene que evitar el canterano de la Real Sociedad. En su corta trayectoria en la élite ya le ha dado tiempo para medirse a algunos de los mejores extremos izquierdos del campeonato. Y del mundo. El duelo contra Vinicius en la última visita del Real Madrid al Reale Arena acreditó el nivel del venezolano. Secó al que se espera que sea el nuevo Balón de Oro, aunque también cometió un discutido penalti producto de su impulsividad.
Ayer también fue el autor de otra pena máxima, pero esta vez el VAR corrigió la decisión de Pulido Santana. Aramburu vive siempre en el alambre, fruto de su fogosidad y carácter. No es el jugador más ortodoxo. Encoge la cabeza entre los hombros y echa a correr como un toro. Si hay que llevarse a alguien por delante, se lleva.
Ayer tuvo enfrente un reconocido torero: Bryan Zaragoza. Internacional. Fichado el pasado invierno por el Bayern de Múnich del Granada y cedido este verano a Osasuna. El malagueño es uno de esos jugadores que ya no se fabrican. Rey de los amagos, regatea en una baldosa y vuelve loco a cualquier lateral.
El desafío era importante, pero Aramburu no se amilanó. Nunca lo hace. A los ocho minutos de juego apareció salvador para cortar un disparo de Bryan en una de los numerosas contras que iba a disponer el conjunto rojillo en la primera mitad. El internacional con Venezuela, siempre atento para anticiparse a las contras rivales, trató de ser la sombra de Zaragoza. No salió mal parado del duelo. Fue providencial en acciones concretas en la defensa al '19' osasunista dentro del área. Asumió riesgos y fue ganador.
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Por eso, y porque Sergio Gómez se permitía más licencias para desplegarse en ataque, Vicente Moreno decidió mover a su jugador más desequilibrante al costado contrario para que no tuviera que verse las caras con el lateral derecho blanquiazul. No se puede decir tampoco que fuera su mejor partido, pero Aramburu ya va dando muestras que está doctorado en 'marrones'. Que se vaya preparando. Puede que el próximo domingo se libre del habilidoso Ejuke -lesionado- del Sevilla, pero una jornada más tarde llegará el Barcelona con el renacido Raphinha por su lado. Es el día a día de la ingrata vida del lateral.
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