La diferencia estuvo en las áreas
La Real firma una de sus tardes más negras de los últimos años en un partido en el que lo falla todo arriba y concede muchos regalos atrás
onfieso que en los diez años que llevo siguiendo a la Real por todos los campos, pocas veces ha sentido una sensación de impotencia tan grande. A nadie le gusta ver a su equipo bailado por un rival directo y si encima lideran el festival viejos conocidos como Juanmi, Willian José y Canales, la derrota es más dura. Y es que todo lo que pudo salir mal salió peor.
El edificio empezó a desplomarse con la inexplicable salida de Remiro que puso el partido cuesta abajo para el Betis. Ya son dos errores graves en mes y medio que han costado puntos y habrá que tirar de Ryan para que repose y vuelva a ofrecer la imagen fiable de estos dos años atrás. Después, hecho un flan, no dio una a derechas. El tercer gol se inicia en un saque de meta mal orientado y en el cuarto no tapa la portería. Pero no fue el único culpable de semejante goleada.
La Real, que ha sumado un punto en las cuatro jornadas disputadas tras el parón, sin marcar un solo gol, tiene un problema serio en el remate. Genera pero no marca y eso le está limitando seriamente sus opciones. Hasta siete ocasiones claras dispuso para anotar y se quedó a cero. Preocupante de verdad.
Esta vez, además, apareció un tercer ingrediente. Y es que el equipo bajó los brazos en la segunda parte después de haber firmado una media hora buena antes del descanso. Encajó goles en un saque de puerta a favor, en una subida del lateral que nadie tapa y se planta ante Remiro. Hasta Juanmi remata a placer en su gol sin que Aihen le moleste.
La Real frenó bien al Betis de entrada con una apuesta muy táctica con la que demostró un mejor posicionamiento. En defensa mandó alto a Zubeldia para con Oyarzabal tapar a Guido y Guardado, con Zubimendi vigilando algo más atrás al descolgado Fekir. El lateral de la banda en la que estaba el juego tiraba alto, sobre todo Zaldua a buscar a Álex Moreno, y Aritz y Le Normand asumían un duelo individual atrás con Juanmi y Willian José. Excepto un error en un pase horizontal de Oyarzabal en campo propio que regaló el balón a Canales para que éste rematase alto, no pasaba apuros.
Pero ese guion saltó por los aires con el grave error de Remiro en el minuto 13. Guardado jugó en largo prácticamente desde área propia hacia la carrera de Willian José en profundidad. Juanmi había sacado de sitio a Aritz para buscar el mano a mano del brasileño con Le Normand. El francés es más rápido y le iba a ganar, pero Remiro midió mal su salida y regaló un gol a los béticos. Moreno no desperdició la ocasión para marcar a puerta vacía tras el pase de Willian José.
El clásico gol que duele y que deja a un equipo tocado moralmente. Pero la Real se rehizo rápido y firmó media hora hasta el descanso de lo mejor de la temporada, dando un repaso táctico al rival. Zubeldia formaba de tres con los centrales en la salida de balón y traía locos a Juanmi y Willian José. A partir de ahí entraba en acción el segundo protagonista, Martin Zubimendi, para aparecer en zona de Fekir y repartir juego como el crupier que da las cartas en el casino. La apertura a banda para Zaldua y el pase interior a Oyarzabal los explotó bien. El tercer hombre que sembraba incertidumbre en el contrario fue Barrenetxea, que dejando la banda y recibiendo por dentro generaba situaciones de superioridad en la zona de balón. Completaba el cuadro Portu como delantero centrado para atacar la espalda del primer central y quedarse en situaciones de centro o remate.
Pero en el fútbol hay que concretar las oportunidades y la Real no lo hizo. Hasta cuatro buenas opciones tuvo antes del descanso, todas firmadas por Portu, pero ninguna fue dentro. La primera, tras un taconazo desde tres cuartos de Oyarzabal, salió rozando el poste. La segunda se la sacó Rui Silva después de un centro de Zaldua al área mal despejado por Guido Rodríguez. Después fue Zubimendi el que le asistió pero Víctor Ruiz bloqueó su remate en una gran acción defensiva. Y la cuarta, casi en el descanso, tras una gran jugada de Barrenetxea por la izquierda con centro al segundo palo para el cabezazo de Portu. Rui Silva volvió a estar acertado.
Tras el descanso llegó la debacle. Pellegrini ajustó mejor las marcas en el centro del campo, el Betis tapó la salida de balón de la Real y el día acabó con la grada del Villamarín cantando la Macarena de Los del Río y haciendo la ola. Una pérdida de Barrenetxea la aprovechó Guardado para habilitar a Fekir y que Moreno se colara hasta el fondo. Su centro al segundo poste fue milimétrico y ahí apareció Juanmi para ganar en el salto a Aihen. La calidad técnica del centro y el remate contrastó con la que hubo en el área contraria, con una Real negada en el último pase y en la finalización.
Después llegaría un gol en un saque de meta de Remiro y otro en una colada hasta la cocina de Moreno sin que nadie le frenara. En el tramo final Januzaj y Turrientes trataron de lavar la imagen pero era un imposible. Hubo aproximaciones para hacer el tanto del honor pero no era el día.
Ahora toca reflexionar, porque perder es admisible pero bajar los brazos así, no. Es la primera vez que ocurre con Imanol y eso preocupa. Porque la Real sigue bajando peldaños en la escalera liguera cuando se creía que estaba preparada para dar un salto de calidad tras ganar la Copa. Craso error. De momento, el Betis nos ha sacado los colores.
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