Monreal entrega un balón en presencia de Politano. MORQUECHO

Nadie dijo que fuera a ser fácil

Los cinco penaltis de... ·

La Real empequeñeció a un grande de Europa, pero cayó derrotada de manera injusta por culpa de un disparo lejano al que Remiro no pudo llegar

Imanol Troyano

San Sebastián

Viernes, 30 de octubre 2020, 07:26

1. Mal de altura, sí, por culpa de Koulibaly y Maksimovic

No eran dos cualquiera. Koulibaly ha sonado los dos últimos veranos como refuerzo para los mejores equipos de Europa y Maksimovic tampoco es cojo. La ... Real se topó una y otra vez contra la pareja de centrales napolitana a través de los múltiples centros aéreos que colgó desde las bandas. Demasiado fácil para los defensores rivales, que se llevaron todos los duelos por alto. El senegalés con 187 centímetros de altura y el serbio con 193 fueron los verdaderos ganadores de la noche en el Reale Arena. Isak, Willian José y Bautista no pudieron hacer nada ante ellos. Por si acaso, andaba cerca Bakayoko con su 1,89 metros.

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2. Un equipo italiano con reconocible aroma a catenaccio

Gattuso sorprendió con su propuesta inicial al reservar a sus hombres más talentosos pese a la necesidad de sumar los tres puntos. Sin Osimhen, Fabián, Mertens, Lozano o Di Lorenzo, el técnico calabrés preveía un duelo largo. Con un centro del campo formado por Bakayoko, Lobotka y Demme, el balón lo acaparó por completo la Real. Los donostiarras acabaron el primer tiempo con un 62% de posesión y la segunda mitad concluyó con un 68%. No fue suficiente. El Nápoles, bien replegado en su campo, tan solo inquietó en dos acciones aisladas en el arranque de partido y no volvió a aparecer en ataque hasta el gol de Politano. El cuadro napolitano no peca de ser un equipo excesivamente defensivo, pero cualquier cuadro italiano sabe sacar rédito del catenaccio.

3. Merecían premio después de sacudir tanto el árbol

No se puede negar que la Real lo intentó de todas las maneras. No mereció caer derrotada, pero en Europa no existe la justicia. En Rijeka casi se escapa la victoria y ayer la derrota fue un castigo excesivo para los méritos realistas. Pese a la buena disposición defensiva del Nápoles, los donostiarras movieron el balón con suficiente criterio y velocidad. Consiguieron hacer daño por dentro con Silva y Merino, pero también por fuera con los continuos intentos de Portu, Gorosabel, Oyarzabal y Monreal. La movilidad fue constante ante un rival bien encerrado atrás. Tan solo faltó rematar más y acertar ante el guardameta Ospina.

4. Sin VAR, el árbitro también acierta y se evitan interrupciones

La Europa League no sufre o no cuenta con la ventaja del VAR hasta dieciseisavos, según como se vea, y parece que los árbitros atinan más. Ayer el trencilla inglés Pawson acertó al anular el tanto de Osimhen al señalar infracción de Mario Rui por golpear dos veces el esférico en el lanzamiento de la falta y expulsó de manera justa al delantero nigeriano por golpear a Le Normand en la cara en una disputa aérea. Se jugó sin apenas interrupciones y se agradece.

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5. Un central zurdo del primer equipo y contundente al corte

La ausencia de última hora de Aritz parecía suponer un problema en defensa para Imanol, pero Modibo Sagnan completó un encuentro muy interesante. Arrancó nervioso y algo dubitativo, pero enseguida reaccionó y le dio la vuelta. Fuerte en los lances por arriba y contundente al corte, demostró que está como para acumular más minutos en competición.

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