El entrenador de la Real Sociedad que no salió del María Cristina
Real Sociedad ·
Se cumple hoy un lustro de la llegada de Moyes, un técnico prestigioso que naufragó en AnoetaJORGE SAINZ
Miércoles, 13 de noviembre 2019, 11:53
Hoy hace cinco años que David Moyes (Glasgow, Escocia, 1956) era presentado en Anoeta como nuevo entrenador de la Real Sociedad. El ... prestigioso extécnico del Everton y el Manchester United se convertía en el sustituto de Jagoba Arrasate y en una de las apuestas más arriesgadas de Jokin Aperribay. Quizás en su peor apuesta en sus diez años en el cargo. Moyes venía precedido de buena fama, pero ni supo adaptarse a San Sebastián ni a la Liga española, ni pudo triunfar con sus métodos conservadores, que empezaban ya a perder terreno en el fútbol moderno. Logró salvar aquella temporada 14-15 al equipo, pero en el siguiente ejercicio fue fulminantemente despedido en el parón de noviembre, con la Real en descenso tras perder en Las Palmas.
Su antecesor Arrasate, otra apuesta arriesgada en su día por su inexperiencia aunque acertada, como está demostrando el de Berriatua esta temporada en Osasuna, cayó lastrado por el fracaso de Krasnodar, la eliminación en la ultima previa de la Europa League. El equipo había perdido ese verano a Antoine Griezmann, que se fue al Atlético de Madrid, y un equipo como la Real notó lógicamente semejante baja. Con la pérdida de un jugador decisivo, uno de los mejores del mundo, Arrasate trató, sin exito, de variar a un esquema más de posesión y control en el medio del campo, al no tener la velocidad atacante del galo, que le habia llevado la temporada anterior a hacer una buena temporada pese a la acumulación de partidos con la Champions, formando con Vela una pareja letal a la carrera.
Llegó Moyes, que en su primer partido ante el Deportivo de la Coruña (0-0) ni sabía el nombre de la mitad de los jugadores, y al menos, desde la solidez defensiva, salvó sin problemas a un equipo que no tenía plantilla para andar tan abajo. Le facilitó el trabajo los pobres números de los tres descendidos aquella temporada. Con 35 puntos, los mismos con los que bajó en su día la Real Sociedad, se salvaron Granada y Depor.
La siguiente temporada, con los fichajes de Illarramendi, Jonathas o Bruma, entre otros, la exigencia era mayor. Pero su pésimo arranque, con dos victorias (ninguna en casa), tres empates y seis derrotas acabó con la paciencia de su valedor Aperribay. Luego llegaría Eusebio, salvaría al equipo y lo llevaría a Europa el año siguiente.
El legado de Moyes se reduce al anecdotario. Dotó de eco mediático al club txuriurdin en Europa, pero apenas aprendió castellano, vivió todo el año en el costoso Hotel María Cristina y su imagen más célebre fue comiendo patatas fritas de un aficionado en la grada de Anoeta tras ser expulsado contra el Villarreal en Copa. También hizo debutar a Mikel Oyarzabal, aunque unos pocos minutos y sin darle más continuidad. Tras su cese el escocés volvió a la Premier para dirigir sin éxito al Sunderland y al West Ham. En Donostia se recuerda con más cariño al personaje en sí que a un técnico que además nunca creyó en la política de cantera.
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