Las diez noticias clave de la jornada
Remiro no pudo hacer nada en el gol de Larin. JOSÉ MARI LÓPEZ
Real Sociedad 0-1 Valladolid

El borrón del mejor escribano

Frenazo ·

Una desdibujada Real condicionada por la falta de un lateral diestro cae ante el Valladolid en un mal partido

Miguel González

San Sebastián

Domingo, 5 de febrero 2023

Menuda oportunidad desaprovechada por la Real para afianzar su posición en la zona Champions. La jornada en la que habían pinchado Villarreal, Atllético y Betis ... y te podías colocar con 11 puntos de ventaja sobre el quinto clasificado, llegó el clásico petardazo de la temporada ante un Valladolid que le ha ganado los dos partidos. Mala manera de arrancar la segunda vuelta, aunque el viernes Imanol ya había avisado de que queda mucho camino por delante y de que vendrían malos tiempos. Lo que nadie esperaba es que fuera a ser tan pronto.

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El partido tampoco fue para perder. Quizás lo más justo habría sido un empate, pero el cuadro txuri-urdin nunca estuvo cómodo, le faltó fluidez en el juego combinativo y llegó al área contraria como pudo ante un rival que siempre estuvo bien plantado y supo lo que hacía. En un contexto tan cerrado Sorloth falló la que tuvo en la primera parte para echarla al poste delante de Masip y a Kubo le faltó colocar más dos disparos en la segunda desde la frontal del área para haber tenido más opciones de éxito. Así que cuando Cyle Larin cazó ese balón por arriba dentro del área para batir a Remiro se sabía que la suerte estaba echada, porque la Real de ayer, además de imprecisa y desdibujada, también pecó de precipitación cuando se puso por detrás en el marcador.

Habrá que pensar en que no es más que el borrón que hasta el mejor escribano echa, porque si miramos la enfermería hay razones para preocuparse. Quizás es momento de valorar que lo logrado hasta ahora ha sido prácticamente un milagro y que, como dice Imanol, aún tiene que venir el típico bajonazo de todas las temporadas. El oriotarra ya dijo anoche que el equipo está cogido con pinzas.

Condicionados por el lateral. El partido estuvo condicionado por la ausencia de un lateral derecho específico tras las bajas de Sola, Gorosabel y Aritz. El técnico se decantó por colocar ahí a Barrenetxea para no tocar el resto del equipo y dejar en su sitio a Zubeldia y Zubimendi. Pero Pacheta aleccionó a las suyos para que buscaran los cambios de orientación hacia Machís y éste encarase al donostiarra que, después de dos jugadas dudosas dentro del área, acabó viendo la amarilla ante el venezolano antes del descanso. Así que Imanol, viendo las orejas al lobo, apostó por dejarle en el vestuario en el descanso y retocar el equipo, mandando a Zubeldia al lateral, retrasando a Zubimendi al eje de la zaga y a Illarramendi al pivote. Demasiados jugadores actuando fuera de sitio para que la historia acabase bien.

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Atascados

La Real no pudo lanzar a Kubo y Navarro por fuera y tampoco encontró a sus interiores para generar peligro por dentro

Esta semana ha sorprendido que tres de los defensas titulares del Sanse -Gabilondo, Arambarri y Ezkurdia- no pudieran jugar al superar la edad sub-23, lo que obligó a semejante cambios de posiciones. La consecuencia fue que en el centro del campo de la segunda parte no estaban ni Zubimendi ni Merino ni Silva, y Brais -el único que quedaba del rombo mágico- está lejos de su mejor nivel. Illarramendi y Marín no desentonaron, más bien al contrario, pero esa Real que dominaba al contrario a partir de imponerse en la zona ancha, no apareció por ningún lado.

La buena noticia para Cornellá es que Zubeldia y Le Normand no vieron la tarjeta y podrán ser de la partida, a la espera de que alguno de los tres laterales derechos dé un paso adelante en su recuperación para que el grupo no se vea tan condicionado en sus planes.

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Sorloth la echa al palo. El Valladolid de Pacheta es un buen conjunto y parece que después del triunfo ante el Valencia la semana pasada ha revertido su inercia. Formó con un 1-4-2-3-1 que mantuvo controlado en todo momento a una Real que se manejó en 1-4-3-3 pero que rara vez pudo lanzar a sus extremos ni combinar por dentro. Imanol, quizás animado por la media hora final en el Bernabéu en la que tan bien funcionaron Kubo y Navarro por fuera, repitió la fórmula, pero esta vez con un resultado diferente.

Desequilibrados

El problema en el lateral derecho hizo jugar a tres hombres fuera de sitio tras el descanso, lo que unido a las bajas afectó al equipo

El cuadro vallisoletano sujetó bien con dos hombres avanzados a los centrales realistas en salida de balón. Con Plano controló a Zubimendi mientras que emparejaba a sus laterales con los locales en las bandas. Las únicas opciones para mirar a Masip aparecían cuando Kubo y Navarro se metían por dentro. El japonés lo intentó desde la frontal del área pero el remate salió rozando el poste a los once minutos.

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Otra alternativa fue el balón parado con dos faltas laterales colgadas por Navarro y cabeceadas por Illarramendi. No había fútbol para mucho más hasta que Sorloth se quedó solo ante Masip en un chispazo blanquiazul. Le Normand ganó un golpeo largo del meta catalán, Zubimendi encontró por dentro a Marín y éste pudo doblar el pase al noruego, pero su remate se estrelló en el palo. Una jugada que de haber entrado habría cambiado el decorado de un partido tan cerrado y que requería de un golpe de efecto para cambiarlo.

Kubo no puede con todos. Tras el descanso, y con Zubeldia, Zubimendi e Illarramendi jugando fuera de sus actuales posiciones naturales, a la Real le costó dar ese paso adelante que acostumbra en las segundas partes. Lo consiguió durante diez minutos, del 55 al 65, cuando Brais y Marín se juntaron en la misma banda -la derecha- para hacer superioridad y potenciar las opciones de Kubo en el uno contra uno, al liberarle de las vigilancias de tantos rivales. Sus dos conducciones invertidas acabaron en dos remates duros pero centrados que no pusieron en problemas a Masip. Una pena porque estaba en buena posición.

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Los cambios del Valladolid y una falta en la que Monchu necesitó de atención médica enfriaron los ánimos de nuevo. En eso entró Larin, cazó un balón aéreo ante Zubimendi, al que ganaba en centímetros, y la historia se acabó. Ni Oyarzabal, Olasagasti ni Carlos Fernández ayudaron a la Real a clarificar las ideas en el último tercio del campo, por lo que se colgó el balón al área como buenamente se pudo.

Un centro de Aihen no acertó a cabecearlo entre los tres palos Brais y una dejada de Oyarzabal de cabeza, tras balón largo de Zubimendi, la remató fuera Kubo encimado por un rival. Así que nada, oportunidad de oro que se va al limbo y semana para lamerse las heridas antes de visitar al Espanyol el próximo lunes.

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