La hora de los jugadores
Se buscan líderes que acompañen a Oyarzabal; el vestuario debe dar un paso adelante antes del importante partido ante el Mallorca
Sergio Gómez lo tiene claro. En conversación con este periódico en las entrañas de La Cartuja, verbaliza dónde está el problema: «Sergio nos está dando ... las herramientas suficientes, el problema estamos siendo nosotros, los jugadores». No es el único del vestuario realista que comparte esa opinión. La Real ha comenzado rematadamente mal la temporada y más allá de los números, realmente pobres teniendo en cuenta que los tres primeros partidos fueron ante Valencia, Espanyol y Oviedo, lo que más inquieta son las sensaciones mostradas. Por tramos se ha visto una buena Real, pero en otros el desastre ha sido importante, impropio de un equipo con semejantes futbolistas.
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En un deporte de equipo lo primero siempre es el colectivo. Si el grupo no está unido y compacto, se resquebraja, y esta Real es experta en ello. Pero para alcanzar ese nivel grupal es indispensable que a nivel individual también se vean versiones competitivas, y lo cierto es que en este inicio de temporada, como sucedió durante el pasado curso casi al completo, apenas hay jugadores que estén rindiendo a su nivel, ni qué decir por encima del mismo.
Estamos hartos de echar la vista atrás para recordar a los que ya no están, pero las salidas de líderes del vestuario como Le Normand, Zubimendi y Merino ha dejado al grupo huérfano de pesos pesados. Oyarzabal solo no puede capitanear al equipo y faltan figuras que levanten la mano y den un golpe encima de la mesa. La mayoría de ellos, además, lleva bastantes años en la plantilla como para erigirse en esas figuras en las que confiar.
En la tesitura actual cada uno repartirá las culpas como crea oportuno, pero las tres patas tienen que hacer autocrítica. En mi caso otorgo la mayor parte a los propios jugadores, que por tramos han dejado aspectos muy positivos, pero por momentos también se han dejado llevar demostrando una pasividad que no se puede permitir. Lógicamente la dirección deportiva también tiene que hacérselo mirar puesto que el entrenador solo pidió un fichaje para comenzar el proyecto y ha venido el último día y lesionado. Y cómo no, cuando las cosas van mal, la figura del entrenador es la primera en la que se pone el foco. Sergio necesita un tiempo del que quizás no dispone. Sus ideas son buenas, porque en ataque la Real es otra y tiene frescura, pero si no consigue frenar la sangría de gol va a tener complicado luchar por los objetivos fijados.
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La situación es preocupante hasta tal punto de que ya ha habido un toque de atención tras el esperpento en La Cartuja. El equipo se entrenó el sábado por la mañana en Sevilla y por la tarde, a la llegada a Zubieta y cuando se jugaba un Easo-Antiguoko de categoría juvenil por lo que a la vista de todos, hubo una reunión entre jugadores, dirección deportiva y altas instancias. El contenido de la misma tan solo lo conocen los propios protagonistas, pero seguro que la mirada se ha puesto sobre los jugadores. No sé si la Real tiene una plantilla con la que luchar por entrar en Europa, pero el equipo no puede bajar los brazos como sucedió en Sevilla.
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