El veto de PP y Vox a actos islámicos en Jumilla desata una tormenta política y social
Los populares niegan que sea «racista», como critica el PSOE, y los de Abascal estudian llevarla a más ayuntamientos
Lázaro Giménez
Viernes, 8 de agosto 2025, 09:13
Dos puntos de una enmienda a una moción aprobada en un Pleno municipal por un ayuntamiento ubicado en los límites de una comunidad uniprovincial en ... la periferia de España. Eso es lo que ha situado de nuevo a Murcia, y en concreto a Jumilla, en el foco mediático incluso internacional, y eso es lo que ayer tuvo que volver a justificar el PP a nivel nacional, regional y municipal. Porque, bajo la aparente neutralidad de un cambio normativo sobre el uso de instalaciones deportivas y la voluntad de promover las tradiciones nacionales y locales, las acusaciones de inconstitucionalidad e islamofobia se sucedieron en cascada y llegaron desde todos los frentes. El Gobierno central no dudó en aprovechar la polémica para cargar contra el PP y acusarle de xenofobia; los de Alberto Núñez Feijóo trataron de capear la tempestad, negaron cualquier tipo de discriminación en la medida y desde Génova avalaron la decisión de sus compañeros en Jumilla, localidad de 27.000 habitantes. Pero la presión crece porque a las críticas también se unió la Conferencia Episcopal.
El origen de la tormenta está en una iniciativa presentada por los de Santiago Abascal, cuyos votos son imprescindibles para que el PP saque adelante los Presupuestos locales. En el texto se apostaba por «defender las tradiciones del pueblo español» y se incluía la prohibición de las celebraciones islámicas en espacios públicos. Vox pretendía vetar, por ejemplo, la Fiesta del Cordero, que en los últimos años, junto al final del Ramadán, la población musulmana de Jumilla ha celebrado en el campo de fútbol 'Andrés Ibáñez'.
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El PP asumió la moción, aunque rebajó su contenido a través de una enmienda que consistía en permitir la modificación del reglamento de instalaciones deportivas «para que no se pueda realizar ninguna actividad ajena al deporte, a no ser que esté promovida por el Ayuntamiento». Pero la polémica ya estaba encendida, con reproches desde los partidos de izquierdas, diferentes ONG y movimientos sociales.
Los populares hicieron ayer lo posible para justificar la medida, a la que, en todo caso, no van a dar marcha atrás. El PP de Jumilla, a través de un comunicado, trató de rebatir la crítica principal y aseguró que la moción aprobada por el Pleno «no recoge ningún veto ni ninguna prohibición a nadie por su origen o creencia religiosa». «El resto de las instalaciones municipales estarán a disposición de toda la sociedad, incluida la comunidad musulmana, o cualquier persona o asociación que lo solicite y cumpla con los requisitos técnicos». Según el PP de la localidad murciana, se ha querido «de manera intencionada» tergiversar y distorsionar lo aprobado por el Ayuntamiento y proyectar una imagen del municipio alejada de la realidad».
Una tesis a la que se sumó la dirección nacional del PP. El vicesecretario de Educación e Igualdad, Jaime de los Santos, pidió «responsabilidad» al PSOE y a Vox por «polarizar» sobre Jumilla. Tachó de «absolutamente inaceptable» que «se pretenda hacer pasar al PP por un partido xenófobo». Un discurso similar al del vicesecretario de Política Autonómica, Municipal y Análisis Electoral, Elías Bendodo, quien defendió que los populares son «un partido constitucionalista» que respeta «las creencias y las costumbres de todos». ElGobierno de López Miras optó por guardar silencio en una polémica que saltó de Jumilla a nivel nacional y que se ha convertido en el último frente de batalla entre el Gobierno y PP.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, en declaraciones a Televisión Española y en un tono muy duro, no dudó en calificar moción aprobada en Jumilla como «racista» y un cambio que «inocula miedo» en la sociedad y en la población. Para la ministra, PP y Vox utilizan «pequeñas localidades como laboratorios» para crear un país «cerrado y pobre».
Mensajes de odio
Desde el departamento de Saiz, el Observatorio contra el Racismo y la Xenofobia monitorizará los mensajes de odio que se puedan derivar de este nuevo episodio. El Ministerio de Inclusión explicó que «seguiremos muy de cerca los discursos de odio que puedan derivarse o potenciarse a raíz de estas iniciativas que atentan contra la libertad y dignidad de las personas».
Mientras tanto, Vox no solo está satisfecho con la moción presentada, sino que abre la puerta a llevar la misma iniciativa a otros ayuntamientos. Lo harán, apuntan fuentes de la organización, «siempre que consideremos que proceda» con la finalidad de garantizar «la defensa y protección de las tradiciones y costumbres propias del pueblo español frente otras ajenas que pretenden imponernos impulsadas por políticas ideológicas».
Vox forma parte del Gobierno municipal de siete consistorios de Murcia, junto al PP: Cartagena, Lorca, Molina de Segura, Yecla, La Unión, Las Torres de Cotillas y Puerto Lumbreras. Además de eso, son determinantes en otros consistorios donde los populares gobiernan en minoría, no solo en Jumilla, también en Cieza, Totana, Torre Pacheco o Fuente Álamo.
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