Urkullu mantiene a su Gobierno en guardia todo agosto para afrontar la crisis sanitaria
Los consejeros más involucrados en la gestión de la emergencia por Covid renuncian a sus días de vacaciones para tratar de contener los últimos rebrotes
Un fin de semana de mediados de agosto lo normal sería que el Gobierno Vasco funcionara al ralentí y apenas hubiera un par de consejeros como retén por si surgiera algún imprevisto, pero este verano de 2020 es cualquier cosa menos normal. La pandemia de Covid-19 ha vuelto a golpear con fuerza a Euskadi cuando todas las previsiones apuntaban a una hipotética segunda ola del virus en otoño o invierno, lo que ha acabado de un plumazo con los contados días de vacaciones que el gabinete de Iñigo Urkullu pensaba cogerse a lo largo del mes de agosto. En la actualidad, el lehendakari en funciones mantiene en guardia a la práctica totalidad de sus consejeros, que han optado por quedarse en Euskadi y están muy pendientes del teléfono móvil y el ordenador portátil para hacer frente a cualquier incidencia. Una situación de alerta que se prolongará lo que queda de mes, ya que la declaración de la emergencia sanitaria que se producirá hoy no hará sino aumentar la exigencia de cada departamento. La recta final del Gobierno en funciones de PNV y PSE en ningún caso podrá definirse como un paseo veraniego.
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Urkullu es el primero que se mantiene informado al minuto de la situación de los rebrotes, y alrededor del lehendakari hay un núcleo duro de consejeros que siguen trabajando en estas semanas de agosto. Son precisamente el grupo que acompañó al lehendakari en la comisión de seguimiento del Covid-19 que se reunió el pasado jueves en Lehendakaritza, y que fue donde tomó forma la decisión de declarar de nuevo la emergencia sanitaria a partir de hoy. Participaron la consejera de Salud, Nekane Murga; la de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia; la de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia; y el de Gobernanza Pública, Josu Erkoreka. Todos ellos, por cierto, del PNV, aunque los tres consejeros socialistas del Gobierno también siguen muy pendientes de la evolución de la pandemia desde sus respectivos departamentos. Además, el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, deberá gestionar en los próximos días el hallazgo, ayer, de los restos humanos encontrados en el vertedero de Zaldibar, con el objetivo de rescatar por fin los cuerpos de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, los dos trabajadores que quedaron sepultados allí hace seis meses.
Fuentes cercanas a Urkullu apuntan que la relación entre el lehendakari y la consejera de Salud se ha estrechado en los últimos meses de una manera inimaginable hasta la irrupción de la pandemia. «Se reúnen a diario para analizar los datos y algunos días han hablado seis o siete veces por teléfono», señalan.
Murga, Tapia, Beltrán de Heredia y Erkoreka componen el núcleo duro del lehendakari en la gestión de la crisis sanitaria, pero hay otros consejeros que también están trabajando intensamente en este mes de agosto. Especialmente la de Educación, Cristina Uriarte, que debe ultimar un protocolo para la vuelta a las aulas en septiembre, y el de Hacienda, Pedro Azpiazu, que tiene que lidiar con una caída de la recaudación cercana al 20% que ya han anunciado las diputaciones forales y debe preparar la comisión mixta del Concierto Económico que se celebrará con el Gobierno central en la primera quincena de septiembre.
Mando único efectivo
El lehendakari en funciones no tenía previsto salir de Euskadi en agosto ni siquiera unos días, pero la declaración de la emergencia sanitaria por parte del Gobierno Vasco que se concretará hoy le otorgará el mando único de la crisis contra la pandemia, por lo que descarta de raíz cualquier ausencia. Al contrario, se presentan días ajetreados para Urkullu, que mañana mismo presidirá la reunión del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI, en sus siglas en euskera) que reúne también a los tres diputados forales y a representantes de los ayuntamientos vascos. Se prevé que tras esa reunión, el Ejecutivo dé a conocer las nuevas restricciones para tratar de frenar el avance del Covid.
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Cuando Euskadi declaró la emergencia sanitaria en marzo, el lehendakari apenas pudo ejercer el mando único porque un día después el Gobierno central decretó el estado de alarma que concentraba el control en Pedro Sánchez. Ahora, sin embargo, no hay previsión de un estado de alarma inminente, por lo que Urkullu podrá asumir el mando único de la gestión de la pandemia en Euskadi tomando sus decisiones.
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