Sánchez y Feijóo se echan a la cara el incumplimiento de la Constitución
El presidente del Gobierno acusa al PP de desmantelar el Estado del bienestar mientras el líder de la oposición le achaca de liderar una «época disolvente de la política española»
Ni un rastro del espíritu de concordia que alumbró la Constitución hace 47 años en los discursos del presidente del Gobierno y el líder ... de la oposición en los festejos en el Congreso. Pedro Sánchez y Alberto Nuñez Feijóo han arremetido hoy el uno contra el otro por incumplir la Carta Magna en las declaraciones ante los medios en el patio del Congreso que sirven de prolegómeno a los actos oficiales por la conmemoración anual del aniversario y a los posteriores corrillos. No ha habido tregua institucional, antes al contrario, ante una cita que llega enmarcada por un enfrentamiento feroz con las causas por corrupción como telón de fondo.
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Sánchez se ha arrancado cargando contra «la letanía de los profetas del desastre», en alusión a la derecha ya la ultraderecha, que sostienen que España «se hunde, se rompe» y camina hacia «una dictadura» de la mano de su Gobierno. «No deja de ser curioso y paradójico», ha subrayado el jefe del Ejecutivo que sean «los nostálgicos» del franquismo, sus «herederos» o quienes pactan con ellos quienes descalifican su mandato. Y como acostumbra a hacer, ha focalizado el aniversario en dos artículos -el 43 y el 10- para, por una parte, remarcar el valor de lo que dice la Norma Fundamental; para, por otra, hacer bandera de la acción gubernamental; y, por último, confrontar sus políticas con las que defiende la oposición.
La mención al precepto 43, que es el que consagra la garantía por parte de los poderes públicos de la asistencia en la sanidad pública, le ha servido para asegurar que su Gobierno hará «todo lo que esté en su mano» para proteger ese mandato ante «los recortes, los aumentos de la lista de espera y también las privatizaciones» que atribuye a las administraciones del Partido Popular, con el escándalo por la gestión por la empresa Ribera del hospital madrileño de Torrejón de Ardoz obligando a la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, a prometer que «erradicará» la irregularidades que puedan acreditarse en la misma. Sánchez no ha hecho alusión a que ese artículo, el 43, es el que se basa su propuesta de reforma de la Carta Magna para constitucionalizar el derecho al aborto, propuesta para la que carece de la mayoría precisa y varada cuando el PSOE afronta la revuelta en las filas de su feminismo por el 'caso Salazar'.
La «internacional ultraderechista»
El segundo pie constitucional por el que se ha decantado Sánchez, el artículo 10 que, junto al preámbulo, alinea al país con el respeto a los derechos humanos y las libertades más básicas, lo ha esgrimido para vindicar «la posición consistente y coherente que tiene España ante el neoimperialismo de Putin en Ucrania y ante el atropello y el genocidio» perpetrado por parte del Ejecutivo de Israel en Gaza. «Europa no es una vasalla de ningún poder político ni tampoco de ningún poder nacional en otras latitudes geográficas», ha proclamado, horas después de que Donald Trump, exhibiera su apoyo a las ultraderechas del continente ante el riesgo de que la UE, según el líder de EE UU, pierda su «civilización». «Estamos de celebración, pero creo que también en un momento en el que vemos cómo se articulan discursos poderosos, muy peligrosos desde el punto de vista reaccionario por parte de la internacional ultraderechista; y cómo vemos también que por la puerta de atrás administraciones conservadoras, con el apoyo de los ultraconservadores, están desmantelando el Estado del bienestar y, por tanto, incumpliendo la Constitución», ha rematado.
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Para cuando el presidente se ha dirigido a los medios, Feijóo ya había aseverado que no ha habido en estos 47 años un Gobierno que «degradase tanto las instituciones y que atacase tanto la Constitución», desde «la separación de poderes» a «la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la neutralidad de los poderes públicos». El jefe de la oposición ha confiando en que para cuando se celebre el 50º aniversario de la Constitución habrá otro inquilino en La Moncloa que la defenderá, dejando atrás «una época decadente de la política española». «Una década disolvente» que debe dar paso, ha enfatizado, a una restituyente».
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