Una refundación más derechizada
El foco ·
Casado debe explicar los motivos para destituir a Alonso de una manera tan traumática. El PP vasco lo mereceGénova ha emprendido una carrera desaforada hacia la refundación de la derecha y parece que no se va a detener en este empeño, cueste lo ... que cueste. Y si por el camino hay que apear hasta al mismísimo Alfonso Alonso, el único dirigente del partido en activo hasta el lunes que había ganado unas elecciones en Euskadi -las de la Alcaldía de Vitoria-, se le fulmina sin pestañear. Casado, que no quiere ni la más mínima disidencia a su plan, liquidó de un plumazo el pulso que mantenía Alonso con la dirección del partido, y más en concreto con su secretario general, Teodoro García Egea, y lo puso de patitas en la calle. Casado debe explicar con detalle los motivos para destituir a Alonso de una manera tan traumática y desgarradora porque la militancia del partido en Euskadi se lo merece. El líder popular no puede zanjar este colosal terremoto interno con unas evanescentes palabras que nada dicen ni aclaran sobre el fondo de un asunto que ha abierto en canal al partido. Los populares vascos, que durante años han sorteado las embestidas del terrorismo de ETA, no se merecen este silencio. Así, no.
El PP de Casado, tras verse con el aliento de Vox en el cogote tras las últimas generales, va por un nuevo camino. Está siguiendo a pies juntillas las directrices que en su día formuló Aznar, quien apuesta por la reunificación de la derecha, aunque en este movimiento los populares tengan que poner las redes de volantas en los caladeros de la ultraderecha. En esta operación, urdida desde la planta noble de Génova, los populares podrían ganar por el flanco más extremo, pero a buen seguro que verán huir despavorido a su electorado liberal y centrista. En ese objetivo de alcanzar ese «bien superior» -la refundación integral de la derecha- Génova está dispuesta a encajar un mal resultado en Euskadi y a sacrificar sus ya adelgazadas expectativas electorales por aumentar sus resultados electorales en el resto de España.
A la vista está que en esta operación Alonso estorbaba porque el dirigente alavés nunca hubiera firmado las declaraciones que Iturgaiz pronunció en su primer día como candidato, con un sorprendente lenguaje de coqueteo al electorado de Abascal. Esta estrategia de acercarse al electorado de la derecha más extrema -en la actualidad sin pulsión en Euskadi- es una huida hacia la nada, que ahuyenta más que atrae. Pero, por lo que se vio ayer, Génova alienta este giro a estribor, a pesar de que en esta maniobra el PP de Euskadi pueda salir claramente perjudicado. Parece que les da igual.
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