Primeras espinas en la carrera electoral

Miguel Ángel Rodríguez, estratega en la comunicación de los gobiernos de Aznar y en la actualidad jefe de gabinete y mano derecha de Isabel Díaz ... Ayuso, es un ilustre miembro de la no menos prestigiosa cofradía de las Siete Palabras de Valladolid. Como buen penitente, Rodríguez sabe que el camino hacia el triunfo de su candidata tendrá más que una espina. Lo sabe y de hecho la encuesta del CIS de Tezanos ha puesto al descubierto el punto débil de la maniobra electoral que la propia Ayuso provocó en respuesta a la frustrada moción de Murcia. Aunque la candidata del PP lograra una rotunda victoria y pulverizase su propia plusmarca en las urnas, Ayuso podría morir de éxito si no obtuviese la mayoría absoluta de los 69 escaños. Y, sobre todo, si sus hasta ahora aliados, Vox y Cs, desapareciesen del arco parlamentario madrileño al no alcanzar el 5% mínimo de los votos, o si los menguados escaños que se les atribuye en los sondeos -principalmente a Vox- no dieran para que Ayuso volviera a reeditar su presidencia. Desde hace unas semanas los primeros trackings que manejan en la sede genovesa no difieren mucho del primer gran escrutinio del CIS. Es decir, el peligro, y mucho, existe. En los entre bastidores populares se alerta de que el efervescente efecto Ayuso en la derecha madrileña podría tener un resultado perverso si la excesiva fagocitación del sufragio de los electores conservadores por parte del PP provocase al final el enterramiento de las siglas en las que ahora el PP se apoya para gobernar.