Iturgaiz se suma a la 'vía Feijóo' para que un congreso elija a un nuevo líder de unidad

En una jornada frenética en la que las dimisiones se iban sucediendo y también el cambio de bandos, Iturgaiz optó por alinearse con las tesis de Alberto Núñez Feijóo. El barón gallego, erigido de nuevo como un referente para el partido, requirió el lunes a Casado que diera un paso a un lado y convocara un congreso de urgencia para taponar la vía de agua.

Iturgaiz, en un comentario en su cuenta de Twitter, seguía la estela de Feijóo y urgió a que la Junta Directiva Nacional apruebe el martes de la próxima semana una «convocatoria inmediata de un congreso extraordinario con una única candidatura de unidad, que devuelva la ilusión a los militantes y votantes del PP».

El presidente del PP vasco pronunció este mismo deseo de unidad el lunes en el Foro Europa Tribuna Euskadi, en Bilbao, donde hizo un llamamiento a la integración. «Hay que reconducir una situación que no se había tenido que haber dado nunca», señaló. «Antes que plantearse un congreso, al que no podemos ir con una situación cainita y guerracivilista se debe recomponer el entendimiento mínimo. Si hay un congreso tiene que ser de unidad y todo el PP debe estar detrás de la persona que ha de dirigir a este partido», recalcó. Iturgaiz además señaló que las siglas del PP están «por encima de cualquier persona, de cualquier personalismo».

La presidenta del PP de Gipuzkoa, Muriel Larrea, se pronunció en la misma línea. También mediante un mensaje en Twitter, abogó por dar «un paso al frente y convocar un congreso». Larrea subrayó que se está vivienda un «momento trascendente» y añadía que en Gipuzkoa «estamos acostumbrados a situaciones difíciles. Somos pequeños y a la vez grandes. Somos grandes por nuestros valores. Por nuestros principios. ¡Esto es por España!», concluía Larrea.

La convocatoria de la Junta Directiva, con el partido abierto en canal, se transforma en un desafío para que los barones y el resto de quienes pretenden derribar a Casado le impongan ese congreso extraordinario mostrándole, de paso, la salida de Génova. Los estatutos del partido prevén ese cónclave forzoso si así lo decide la Junta por dos tercios de todos los cargos que congrega el órgano: más de 400. Y la votación, si se consuma, no será secreta.

Este embarramiento del terreno complica todavía más la posibilidad de que el PP vasco celebre su congreso, un cónclave que debería haberse desarrollado en marzo del año pasado, una vez transcurridos cuatro años desde la convocatoria del último. Sin embargo, los inconvenientes logísticos derivados de la pandemia han ido retrasando el cónclave en Euskadi. La lógica de los acontecimientos llevaba a pensar que se convocaría tras las elecciones castellanoleonesas del pasado 13 de febrero, pero ahora todo ha saltado por los aires.

A día de hoy es imposible saber cuándo Génova pondrá en marcha una maquinaria orgánica casi estancada desde febrero de 2020, fecha en la que Alfonso Alonso abrió con su dimisión la espita de los relevos y provocó el regreso al tablero político vasco de un histórico como Carlos Iturgaiz, que fue elegido como presidente del PP vasco por la junta directiva de la formación, sin haber testado aún si cuenta o no con la confianza de las bases.