El PNV reinventa el soberanismo tranquilo

El EBB puso en marcha esta Asamblea General en un contexto de sucesivas caídas electorales en 2024 y de redefinición del proyecto, en vísperas del debate parlamentario sobre el nuevo estatus de autogobierno. En un principio Ortuzar habló de tres fases: «proyecto, organización, personas» pero la elección previa de las territoriales permitió aflorar el descontento en un sector de veteranos exdirigentes, que recuerdan que el compromiso de Ortuzar ha cambiado bruscamente el orden de prioridades. «Se nos dijo primero proyecto, luego organización y en tercer lugar personas. Pues todo al revés».

Las metas no están en discusión, pero sí los tiempos. «Hay que actualizar nuestro proyecto político para el próximo tiempo, hay que ver cuál es la organización que requiere ese proyecto político y, después, hay que elegir a las personas más idóneas para llevarlo a cabo. Por ese orden», ha dicho Ortuzar hasta ahora. La realidad ha impuesto sus ritmos. En la Asamblea del Alderdi Eguna del 29 de setiembre en Foronda ya se avisó de que las organizaciones territoriales activaban sus procesos electorales. El 1 de octubre, de forma coordinada, las direcciones del PNV de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa convocaron sus respectivos procesos internos, que concluirán entre el 23 y el 24 de noviembre.

En lo político, no se prevé ninguna novedad espectacular. El documento base del PNV, que es el guion de su estrategia, se titula 'soberanía, identidad y objetivos políticos'. Parte de reivindicar la realidad de la nación vasca, su pleno engarce en la Unión Europea, la articulación de una relación bilateral entre Euskadi y el Estado, el blindaje de las competencias y la institucionalización del principio democrático del derecho a decidir a través de los derechos históricos que recoge la Constitución y el Estatuto. «El PNV se reafirma en sus principios fundacionales abertzales y también en la estrategia gradualista seguida hasta ahora. El Estatuto de Autonomía de Gernika y el actual nivel de autogobierno han constituido y constituyen una contribución histórica al desarrollo económico, social y político del pueblo y de la sociedad vaca». Según señala el guion de la ponencia, el autogobierno vasco nos ha permitido dar continuidad histórica a la voluntad de pueblo y nación... Hoy el autogobierno es la mayor expresión de la voluntad de los vascos». Se trata, argumenta el documento, de blindar el autogobierno vasco no solo frente a la ofensiva recentralizadora de los estados español y francés, sino también frente al «riesgo de desprotección que implican las fuerzas emergentes en el contexto de la globalización».

El PNV quiere afianzar en su proceso interno su anclaje en el soberanismo tranquilo, con el derecho a decidir pactado con el Estado como clave de bóveda. Una apuesta por ensamblar internamente sus sensibilidades. No hay una revisión de la doctrina aranista, y sí una actualización muy presente en su historia. El 'éndulo patriótico'. Ortodoxia y posibilismo institucional.

Un segundo documento se titula 'construir una nación próspera para ser más libres: justicia social y garantía de derechos a la ciudadanía». El PNV incide en este capítulo en su apuesta por la transformación económica y social de Euskadi. «En un contexto internacional complejo y convulso, en el que se están moviendo las bases de un nuevo orden internacional, el cordón umbilical que conecta a Euskadi con Europa es, y debe seguir siendo, la democracia», dice el escrito.

La otra variable de discusión interna es la estatutaria. La ponencia organizativa plantea algunos reajustes. Algunos veteranos han pedido cambios de mayor calado. El pasado 24 de setiembre visitaron Sabin Etxea dos veteranos militantes guipuzcoanos, el expresidente del GBB Juan María Juaristi, 'Zeler', y el doctor en historia Patxi Agirre, y aportaron a Ortuzar y al burukide Joseba Aurrekoetxea un documento titulado 'Ilunaren ondoren, Egunsentia', que contaba con el respaldo expreso de los exaltos cargos institucionales y exsecretarios del EBB Josu Bergara, Ricardo Ansotegi y Belén Greaves. En ese escrito proponen que los cargos internos no se puedan extender más de tres mandatos y que se aplique desde ya, lo que impediría la reelección del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, del «hombre fuerte» Joseba Aurrekoetxea y otros. También criticaba la acumulación permitida de cargos en pocas personas, aplicada –según dicen– para que el partido no tenga que pagar tantos «salarios» y que ha dado lugar a que «un círculo cada vez más reducido de personas» cope el poder.

En relación con los cambios orgánicos lo único que parece fuera de discusión es que el PNV mantendrá el tradicional sistema de bicefalia interna entre la dirección del partido y la máxima responsabilidad institucional que recae en el lehendakari. También es posible que se altere el actual régimen de incompatibilidades que, en todo caso, es bastante relativo porque la asamblea nacional puede levantarlas cuando surgen algunos conflictos.

Una quinta ponencia tiene un mayor alcance novedoso porque plantea la necesidad en el PNV de abordar plenamente la transición de un modelo analógico a otro plenamente difícil, Los jeltzales han llegado a la conclusión de que no pueden ya no pueden vivir tan solo alrededor de su red tradicional de batzokis. El mundo en las redes sociales lo ha cambiado todo y la secularización del compromiso político y la pérdida de peso del sentido comunitaria han echado el resto.